Publicado: agosto 14, 2025, 10:23 am
Que cuando tengamos vacaciones decidamos viajar hasta la playa no es casualidad, y es que vivir junto al mar podría alargar nuestra vida.
Un estudio reciente liderado por la Universidad Estatal de Ohio ha revelado que los habitantes de zonas costeras disfrutan en promedio de un año más de vida que quienes residen en entornos del interior del país.
El trabajo analiza datos de más de 66.000 distritos censales en Estados Unidos, y ajusta variables socioeconómicas, demográficas y ambientales mediante modelos estadísticos avanzados.
Los factores que aumentan la esperanza de vida
Según el estudio, el clima favorece a la calidad de vida, y es quienes viven en el litoral viven en zonas con menos días de calor extremo y temperaturas promedio más moderadas, lo que disminuye la incidencia de enfermedades cardiovasculares y respiratorias.
Otro de los factores a tener en cuenta es que el aire es más limpio y hay menor sequía: la influencia marina reduce los picos de contaminación y protege frente a condiciones ambientales adversas.
Tal y como recoge el estudio, las personas que viven cerca de la costa lo hacen en zonas con mejor infraestructura y bienestar: las zonas costeras suelen ofrecer más opciones de transporte, ocio y una percepción de mayor nivel de vida.
No todos los espacios azules son igual de beneficiosos
Aunque generalmente se habla de «espacios azules» -agua dulce y salada-, este estudio demostró que presentan efectos positivos y solo los entornos cercanos al mar presentan efectos positivos consistentes.
Al contrario, residir junto a lagos o ríos puede asociarse con menor esperanza de vida. Curiosamente, en áreas rurales, los cuerpos de agua dulce sí muestran efectos beneficiosos.
Además de los espacios azules, el estudio revela la importancia de la planificación urbana. Los autores subrayan que estos hallazgos no son solo curiosidades científicas, sino que deben servir como guía para el diseño urbano y las políticas públicas. Resaltan la importancia de integrar los beneficios ambientales y sociales en los proyectos residenciales, con el fin de reducir las brechas en salud y bienestar.