Publicado: agosto 14, 2025, 6:23 am
La comunicación no verbal es el proceso de transmitir mensajes e información a través de medios distintos a las palabras, como gestos, expresiones faciales, postura corporal, contacto visual, y otros elementos no lingüísticos. En esencia, es cualquier forma de comunicación que no utiliza palabras, y en la que la psicología tiene mucho que decir.
Aparte de demostrar buena educación, que una persona te ceda el paso para entrar o salir del ascensor podría tener otras muchas explicaciones (spoiler: todas son buenas) según los expertos en salud mental. De hecho, nuestros gestos nos delatan, más aún cuando el 90 por ciento d nuestra comunicación es no verbal.
Lo que decimos sin palabras
Según la psicología, hay gestos que exhibimos en nuestras relaciones sociales, en muchos casos inconscientes, que están diciendo mucho más de cómo somos que una conversación. Detalles simples como sonreír mientras te cuentan algo, coger una mano para consolar a nuestro interlocutor o ceder el paso forman parte de esa comunicación no verbal tan importante.
Cualquier manifestación gestual puede estar enraizada en profundas creencias desde la infancia, en nuestra personalidad aprendida y también en el contexto cultural en el que nos movemos. Todo puede influir.
Por lo tanto, ceder el paso en el ascensor va mucho más allá de considerarse simple educación. ¿Cuáles son las connotaciones que le encuentra la psicología? Las enumeramos a continuación.
1. Respeto por el tiempo y el espacio de los demás
En primer lugar, las personas que ceden el paso tienen como valor personal la empatía, ya que respetan el tiempo y el espacio de los demás, sabiendo ponerse en su lugar. Si varias personas deben salir y entrar de un ascensor, su comunicación no verbal considera que ‘lo normal’ es pensar antes que nada en las necesidades ajenas y actuar en consecuencia. La empatía es una habilidad social que se tiene, pero que también puede trabajarse.
2. Desarrollo y atención a ‘lo colectivo’
Puesto que somos seres sociales y vivimos en sociedad, es necesario que cedamos unos y otros, de alguna manera. Existen personas, según la psicología, especialmente hábiles en cuanto al comportamiento colectivo, algo así como la conciencia del espacio que debemos compartir sin molestarnos. Al ser el ascensor un habitáculo pequeño en el que deben entrar varias personas, quienes ceden amablemente el paso puede que lo hagan también conseguir que todo fluya sin obstrucciones ni enfrentamientos.
3. Cuando ceder el paso no es un gesto ‘heróico’
El hecho de que existan personas que son capaces de ponerse en el lugar del otro, que practican la empatía, es maravilloso. Sin embargo, los expertos advierten que la razón por la que algunas personas ceden el paso no siempre es altruista ni por buena educación. En ocasiones, dejar entrar o salir en el ascensor se debe a una cuestión práctica para no crear conflicto, y salir airosos sin complicarnos la vida. ‘Dejo entrar aunque me fastidie, y así no tengo que afrontar ningún tipo de malestar, por pequeño que sea, en el otro’.