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Los errores ya no se lloran, se facturan: Emprendedores que convirtieron el fracaso en éxito

Publicado: agosto 11, 2025, 1:10 pm

En el emprendimiento, el fracaso ya no se percibe como una derrota, sino por un aprendizaje para mejorar el modelo del negocio y acercarse al éxito, pues de cada tropiezo y cada negocio que no prosperó se aprender. 

Cifras de la radiografía del Emprendimiento 2024 de la Asociación de Emprendedores de México (Asem) señalan que 20% de los emprendedores tuvieron un negocio que no funcionó y uno de cada dos nuevos negocios cierra antes de cumplir dos años.

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Sin embargo, los emprendedores que vuelven a intentarlo después de cerrar su primera empresa logran mejorar su propuesta de valor y su capacidad de gestión, así lo señala Pepe Villatoro, cofundador y CEO de Fuckup Nights.

Fracasar rápido y barato se ha convertido en un factor importante, pues de lo contrario se pueden hacer grandes inversiones en proyectos que no prosperan.

Durante la primera edición de Fuckup Nights x Tiendanube: E-commerce Edition, Luis Gómez, director de pequeñas y medianas empresas de Tiendanube señaló que la experiencia de un fracaso obliga a los emprendedores a analizar de manera más rigurosa sus finanzas y operaciones, sino que les otorga una visión más realista del mercado.

El desafío, coinciden especialistas, es cultural. En México, todavía persiste el estigma hacia los negocios que no prosperan, lo que inhibe la innovación y la toma de riesgos. Por ello te compartimos dos casos de emprendedores que aprendieron de los errores del negocio y ahora han creado un modelo de negocio más sólido.

Sí, fracasamos, pero queremos intentarlo otra vez: Caso Simoné

Un ejemplo de que emprender no es lineal, es Mariana Andrade, cofundadora de Simoné, una marca de calzado que inició cuando la corrieron de su trabajo como bailarina del programa Venga la Alegría.

En ese momento Mariana no sabía que pasaría con su carrera, pero estaba segura que no quería sería ser empleada, por ello se acercó a Marisol Hernández, a quien también habían despedido y quien les vendía zapatos y les propuso emprender.

Así, luego de 11 años de trabajo como bailarina, y sin inversión, abrió una tienda de zapatos, que poco a poco se ganó el amor de los consumidores.

Pero el camino no fue fácil, la empresa estuvo a punto de quebrar. El primer reto fue cuando llegó pandemia, porque las ventas bajaron, pero aprovecharon el e-commerce para enviar los zapatos hasta la puerta de la casa.

Las redes sociales también fueron aliadas, pues al subir los productos se agotaban. “La realidad es que sólo podíamos tener un zapato de cada talla, y se agotaban mucho”. Tampoco podíamos ser producto del producto, porque si me ponía el zapato, qué vendía”.

Además, la propuesta de valor de la marca les jugo en contra, debido a que la marca se caracterizaba por tener nuevos diseños cada semana, pero esa dinámica provocó que quedará producto almacenado en la bodega. “Estábamos haciendo un negocio enorme con nula estructura”.

Luego llegó una deuda bancaria difícil de pagar, pues, aunque se vendían zapatos, el dinero no llegaba. “Pensábamos que al invertir en más stock se iban a tener más ventas, y en teoría sí, pero el stock se estaba quedando almacenado”.

Lo primero que tuvieron que hacer las emprendedoras fue sacrificar sus sueldos, hasta que llegaron a la conclusión de cerrar el negocio. “Duró 10 minutos esa platica, lloramos, y en la esquina había un café y dijimos vamos a platicar, a vivir el duelo juntas, pero afortunadamente en el café vendían cerveza y comenzamos a reconectar con todo lo que habíamos hecho, dijimos: ‘empezamos de cero, porque no tendíamos otra vez la capacidad de pagar nuestra deuda y volver a conezar’”.

Así resurgió el negocio, pero la clave fue acercarse a un financiero, que les dijo que el problema era que tenían el dinero guardado en la bodega. Para mover los productos apostaron por ser sincera con la comunidad y les dijeron, por medio de redes sociales, que estaban endeudadas y necesitaban vaciar la bodega para pagarla.

“Todos los mensajes eran de ‘sí, fracasamos, pero queremos intentarlo otra vez’. Decidimos aprender de los errores, que iba a ser un fracaso con estilo y entendimos que emprender no es glamuroso siempre y que los error también se pueden facturar”.

De esta experiencia Mariana aprendió que no se necesita una gran inversión ni ser experto en finanzas para emprender, pero que siempre es bueno aprender de administración de negocios para prosperar.

Mariana Andrade, cofundadora de Simoné.Enlace imagen

Mariana Andrade, cofundadora de Simoné.Elizabeth Meza.

Principales errores

Considera que los principales errores fueron:

  • Confundir amor por el negocio con no delegar; pero cuando no se tiene presupuesto no se puede delegar.
  • Sentir que ser workaholik esta bien, porque es tu negocio y tienes que darlo todo por él.
  • Tener un máster en ausencia en estructura.
  • Meter tarjetas personales al negocio.

Ahora, la emprendedora sabe que su negocio necesita tener un valor agregado, pues al inicio tenía los mismos proveedores chinos de la competencia, por ello apuesta por vender productos mexicanos.

“Entendimos que teníamos que darle un valor mucho más poderoso, y ese valor estaba en México, hoy vamos a tener todos nuestros proveedores mexicanos”.

Fracasar es volver a intentar, pero esta vez con conciencia: Caso Mexico is the Shit

Anuar Layon, director creativo y diseñador de Mexico is the Shit y Prima Volta tuvo un boom en 2015, con el lanzamiento de Mexico is the Shit, un proyecto que puso al país en la mira internacional y que le permitió colaborar con diferentes empresas y artistas como Daft Punk, Wu-Tang Clan, Iggy Pop, Molotov, Phoenix y Queens of the Stone Age, entre otros.

A pesar del gran impacto que tuvo la marca, también se vio envuelta en polémica, pues los productos buscaban resaltar la cultura mexicana, pero no era un producto accesible a todos y se consideraba un articulo para whitexican.

“Tener un proyecto con el boom que tuvo, con la crítica que tuvo y el enfoque social que tuvo, no era tan emocionante, hasta pena me daba de saber que algo que generaba tanta polémica yo lo había creado”, comentó el diseñador.

La polémica vino acompañada de una serie de errores que evitaron que la marca creciera y fuera rentable, en parte por el miedo al qué dirán, pero la mayoría por una falta de estructura y al aferrarse a una sola formula.

“Un error fue creer que la marca solo era una frase y un diseño. Descubrimos que México era mucho más que eso y salir de la zona de confort es muy importante; tienes que estar abierto de mente para realmente escuchar lo que los demás opinan de tu proyecto”.

Ahora, la marca se ha diversificado y crea diferentes productos y cada proyecto pasa un plan operativo y financiero.

“Dicen que el fracaso es lo opuesto al éxito, pero yo creo es el mejor aliado, es la única manera de saber si lo que haces tiene alma, si resiste. Fracasar es un ensayo continuo, es entrenamiento y el único camino que conozco para tener éxito con propósito. Fracasar es volver a intentar, pero esta vez con conciencia, cicatrices y dirección”.

Anuar Layon, director creativo y diseñador de Mexico is the Shit.Enlace imagen

Anuar Layon, director creativo y diseñador de Mexico is the Shit.Elizabeth Meza.

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