Publicado: agosto 9, 2025, 6:23 am
Jeffrey Epstein, seis años después de su muerte, sigue siendo un nombre clave del actual mapa político de Estados Unidos. Tras su liberación en 2009 de una cárcel de Florida, donde cumplió 13 meses por solicitar servicios de prostitución a una adolescente, Epstein volvió a estar entre rejas, esta vez en Nueva York. Allí murió en 2019: se supone que se suicidó.
Desvelar la lista de nombres vinculados a este pedófilo convicto es un asunto cardinal en EEUU. Lo es para Donald Trump, que en las últimas semanas ha recibido más presión para que su Administración haga pública toda la información relacionada con el caso, como prometió en campaña. Sobre todo, después de que el Departamento de Justicia concluyera oficialmente que no existe una supuesta lista de clientes de Epstein que implicara a figuras famosas o poderosas, como tantas veces se especuló.
Tan serio es el caso que la derecha amenazó a Trump con fragmentar el movimiento Make America Great Again. Para los MAGA, Epstein era una figura central en las teorías conspirativas. El asunto es crítico para otros muchos «poderosos». Sin ir más lejos, Bill y Hillary Clinton que han sido citados a comparecer ante la Cámara de Representantes por la investigación del asunto.
En ese contexto, The New York Times ha tenido acceso a la que fue la casa de Epstein, la casa de los horrores (por los abusos sexuales que allí pudieron haber tenido lugar). Se trata de una mansión de estilo neoclásico francés, ubicada en el Upper East Side de Manhattan (Nueva York). Son siete plantas y alrededor de 2.600 metros cuadrados, con 10 dormitorios y 15 baños. Esta casa adosada era una de las cinco propiedades que Epstein poseía en todo el mundo.
De 80 a 51 millones por el escándalo
El edificio se vendió por 51 millones de dólares en 2021 a Michael D. Daffey, exejecutivo de Goldman Sachs, y su esposa. La venta se concretó en marzo de 2021, y lo recaudado se destinó al Programa de Compensación para Víctimas de Epstein. A pesar de sus lujosas características, la mansión se vendió muy por debajo de su precio real por la reputación del delincuente sexual convicto. Estaba valorada en unos 80 millones de dólares.
Según el documento de compraventa de 2021, la propiedad fue construida en 1933 para Herbert N. Straus, heredero de la fortuna de Macy’s, quien falleció antes de su finalización. Posteriormente, el edificio se convirtió en parte del Hospital St. Clare y luego en una escuela privada. En 1989, el mentor de Epstein, Leslie Wexner, fundador de L Brands, compró el edificio por unos 13,2 millones de dólares y lo convirtió en una residencia privada.
El Times ha compartido fotos del interior de la mansión. «En su casa de siete plantas, el delincuente sexual recibió a la élite, mostró fotos con presidentes y presentó una primera edición de Lolita, según fotos y cartas no publicadas previamente», se lee en la crónica.
Lujosa mansión y lujosos invitados
Epstein renovó y redecoró la mansión de Manhattan «con un estilo excéntrico». Según relata el diario, docenas de ojos protésicos enmarcados bordeaban la entrada. Una escultura de una mujer con un vestido de novia y agarrada a una cuerda estaba suspendida en un atrio central. En el comedor de la planta baja, Epstein «agasajaba a un elenco rotativo de celebridades, académicos, políticos y empresarios».
¿Cómo amasó una fortuna de nueve cifras? ¿Y por qué tantos hombres poderosos siguieron fraternizando con él mucho después de que se convirtiera en delincuente sexual registrado?»
Las fotos interiores muestran mesas repletas de instantáneas enmarcadas que hacen alarde de las conexiones de Epstein con algunas de las personas más famosas del mundo, como el papa Juan Pablo II, Elon Musk, Bill Clinton, Fidel Castro, Mick Jagger y Richard Branson y el propio Trump.
Por eso The New York Times se pregunta: «¿Cómo amasó una fortuna de nueve cifras? ¿Y por qué tantos hombres poderosos siguieron fraternizando con él mucho después de que se convirtiera en delincuente sexual registrado?».
Epstein, «divertido, inteligente y curioso»
Según la información del periódico neoyorquino, en el tercer piso se encontraba el santuario de Epstein: una suite que incluía su dormitorio, la sala de masajes de la mansión y varios baños. En otra imagen, se ve la oficina de la casa, con un tigre disecado sobre una llamativa alfombra estampada en negro y rojo.
La mansión era una guarida repleta de cámaras de vigilancia ocultas. Según estos nuevos detalles, toda la casa estaba secretamente conectada con dispositivos de vigilancia, incluyendo cámaras colocadas sobre su cama y en habitaciones contiguas. La casa le sirvió a Epstein tanto de refugio personal como de salón donde podía reunirse con intelectuales, científicos y financieros de renombre, según registros legales y entrevistas con personas que frecuentaban la casa.
«Los visitantes consideraban a Epstein divertido, inteligente y curioso. Otra ventaja: poder relacionarse con las jóvenes y atractivas mujeres que deambulaban por la propiedad y trabajaban como sus asistentes», cuenta el Times.
Ghislaine Maxwell, el testimonio clave
¿Contará Ghislaine Maxwell qué más pasaba en esas habitaciones? La colaboradora de Epstein cumple condena de 20 años por tráfico sexual. Durante años, fue una presencia habitual en la mansión de Epstein, donde tenía una oficina. A mediados de la década de 2010, se separaron. Una foto enmarcada en la casa, que mostraba a Epstein con Trump y su entonces novia, Melania Knauss, fue recortada para excluir a Maxwell.
La semana pasada, esta mujer pidió la inmunidad o un indulto a cambio de testificar ante el Congreso de Estados Unidos, como le pidió el comité de la cámara baja. El pasado viernes, Maxwell fue trasladada a un centro de menor seguridad. Esto, según el Times, alimentó las especulaciones de que Trump podría conmutarle la pena o incluso indultarla a cambio de su cooperación.
El hoy presidente de EEUU y Epstein mantuvieron una relación de amistad durante la década de 1990 y principios del 2000. Según el diario The Wall Street Journal, Trump envió en 2003 una carta de felicitación a Epstein por su 50 cumpleaños con un dibujo de una mujer desnuda, algo que el actual presidente ha negado.
Al menos otra figura destacada de MAGA también visitó la casa: Stephen K. Bannon, exasesor de Trump y personalidad de los medios digitales, quien afirmó haber grabado en video horas de entrevistas en la mansión con Epstein en 2019. Según el NYT, fotos enmarcadas de Bannon —incluida un selfie tomada por Epstein frente al espejo— se guardaban en al menos dos habitaciones de la mansión.