Las claves del incidente del avión de Vueling: del "jaleo y alboroto" al "antisemitismo" - Estados Unidos (ES)
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Las claves del incidente del avión de Vueling: del "jaleo y alboroto" al "antisemitismo"

Publicado: julio 26, 2025, 8:23 am

Ocurrió el pasado miércoles en el Aeropuerto de Manises (Valencia). Un grupo de menores y monitores, todos de nacionalidad francesa, fue desalojado de un vuelo que se dirigía a París. Según han explicado fuentes de la Guardia Civil, se actuó de ese modo porque habían generado un «alboroto». Mientras Vueling lo justifica porque hubo que «garantizar la seguridad», los organizadores del viaje y el Gobierno de Israel lo atribuyen al «antisemitismo».

Qué ocurrió, según la Guardia Civil

Los hechos sucedieron sobre las 14:30 horas, en el momento en que iba a despegar un vuelo operado por la compañía Vueling a París, el VY8166, informa la agencia Europa Press. En el avión iba un grupo de 44 niños franceses acompañados de tres monitores.

Según la Guardia Civil, algunos de los menores comenzaron a provocar «mucho alboroto» mientras el personal de la tripulación explicaba las medidas de seguridad antes de despegar. Fue el piloto el que consideró que «en ese estado» de «jaleo» no era seguro realizar el vuelo. De modo que pidió a la Benemérita que evacuara a los alborotadores y a dos monitores.

Al ser desembarcados, una de las monitoras «empezó a alterarse y a pegar patadas en la zona de maletas», por lo que los agentes tuvieron que reducirla «hasta que se calmó», aunque no fue necesaria su detención. Posteriormente, según el Instituto Armado, tanto los niños como sus acompañantes desalojados fueron reubicados en otros vuelos desde Valencia hacia París. En un comunicado, el Gobierno de Israel confirmó este viernes que «una parte significativa del grupo» ya había llegado a su destino, y que el resto de los participantes había tomado un vuelo adicional.

La versión de los organizadores del viaje

La asociación Club Kineret, organizadora del viaje, desmintió «categóricamente» cualquier acusación de que los incidentes fueran causados por los menores y hablaron de «una escena de brutalidad excepcional, injustificada y claramente parcial». Según la asociación, un total de 44 niños fueron bajados del avión por orden del capitán «sin una explicación válida», según aseguró este jueves en un comunicado que firma su abogada, Julie Jacob.

La letrada sostuvo que los menores «estaban sentados en sus asientos, respetando las normas y al personal. No se han reportado incidentes, amenazas ni comportamientos inapropiados». Afirmó que «pasajeros independientes del avión presentaron declaraciones escritas que confirmaban que los niños no representaban ninguna amenaza para el orden público ni la seguridad del vuelo».

Al contrario, la asociación aseguró que «la actitud de la tripulación y la brutalidad de la intervención de la policía española… suscitan una legítima indignación». La abogada del Club Kineret sostuvo en el comunicado que el desembarco se hizo sin escolta, atención, alojamiento ni comida. Según Jacob, la visibilidad religiosa del grupo era evidente: algunos niños llevaban kipás y otros símbolos de identidad judía. «El uso de algunas palabras en hebreo fue claramente suficiente para desencadenar una medida extremadamente grave, colectiva, humillante y discriminatoria«.

La asociación «cuestiona la naturaleza profundamente discriminatoria y potencialmente antisemita de este acto colectivo de rechazo y humillación pública» y condenó «esta medida injustificable, degradante y potencialmente ilegal». Los abogados de Kineret han presentado una denuncia contra Vueling por el trato a niños y monitores, y han exigido la apertura inmediata de una investigación independiente, el reconocimiento oficial de los hechos y «una disculpa pública de la compañía implicada».

La versión de Vueling

La aerolínea que operaba el vuelo VY8166 entre Valencia y París ha dado su versión de los hechos, rechazando las acusaciones de los organizadores del viaje. Vueling afirmó que los expulsados manipularon chalecos y máscaras de oxígeno, «un alto riesgo para la aeronave, los pasajeros y la tripulación», e intentaron retirar el cilindro de oxígeno de alta presión, interrumpieron la demostración de seguridad y desobedecieron repetidamente a la tripulación.

En un comunicado, la compañía explicó que el desembarco de esos pasajeros «se realizó únicamente por motivos de seguridad». La compañía afirma que ese comportamiento y la confrontación infringieron el artículo 41 de la Ley 21/2003 de Seguridad Aérea, que obliga al pasajero a cumplir las normas de seguridad y a seguir las instrucciones de la tripulación destinadas a preservar el orden y la seguridad operacional.

Vueling subrayó que las tripulaciones deben intervenir ante una situación que pueda comprometer la seguridad de pasajeros y tripulación. La aerolínea relata que, antes de despegar, la tripulación de cabina fue alertada de que los jóvenes manipulaban equipos de seguridad, y continuaron pese a «las advertencias cada vez más contundentes de la tripulación, que dejaron claras las posibles consecuencias».

En ese punto, sostiene la compañía, la tripulación pidió asistencia a la cabina de mando y el primer oficial intervino, hablando con los jóvenes y con los adultos responsables, pero «el comportamiento persistió» y activaron los protocolos de seguridad: llamar a la Guardia Civil, que desembarcó al grupo «para salvaguardar la seguridad del resto de los pasajeros». Vueling muestra un rechazo absoluto a cualquier forma de discriminación y defiende la profesionalidad de su equipo durante el suceso.

Algunos testimonios

Karine, una mujer que se ha identificado como madre de uno de los niños, declaró al canal israelí i24NEWS que «solo uno de los niños empezó a cantar y que después de una advertencia de la tripulación se calmó la situación». Según ella, los agentes ya habían sido llamados para entonces y al entrar pidieron al grupo que desembarcaran y que dejaran sus móviles en el suelo para poder borrar los vídeos. Fue en ese cuando cuando la monitoria se negó y fue detenida con fuerza.

El ministro israelí para la Diáspora, Amichi Chikli, ha calificado el suceso de Valencia como «uno de los incidentes antisemitas más graves recientemente», y ha denunciado que la directora del grupo fue «arrestada y golpeada». Chikli dice que los jóvenes se encontraban «cantando canciones en hebreo» y que la tripulación respondió afirmando que «Israel es un estado terrorista».

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