Publicado: julio 25, 2025, 12:23 am
La presión internacional sobre Israel a cuenta del flujo de ayuda humanitaria crece a medida que la hambruna continúa agravándose en Gaza. Sin embargo, este jueves un funcionario del Ejército israelí ha negado, en declaraciones al diario The Times of Israel, que las tropas hayan detectado una situación de hambruna, admitiendo que es necesario «estabilizar la situación humanitaria» y señalando, además, a Naciones Unidas y las oenegés por haber generado «un cuello de botella» al no coordinar la entrega de los varios cientos de camiones listos para repartirse.
Esa tesis, que Israel ya argumentó en respuesta a un comunicado de más de 100 ONG que denunciaban la situación humanitaria y exigían el fin del conflicto en Gaza, ha sido respaldada por un alto mando del Coordinador de Actividades Gubernamentales en los Territorios (COGAT). Este es el organismo responsable de coordinar las entradas de ayuda en territorio gazatí conforme al bloqueo militar impuesto sobre la Franja y en coordinación con el Ejército y el Ministerio de Defensa.
El teniente Nadav Shoshani, del COGAT, ha publicado un mensaje acompañado de un vídeo en la red social X, en el que asegura que «950 camiones de ayuda humanitaria están esperando a que las organizaciones internacionales los recojan y distribuyan la ayuda a los civiles gazatíes».
Esa ayuda, explica, ha entrado en Gaza después de que Israel lo haya facilitado. El vídeo muestra como decenas de miles de paquetes, de ayuda humanitaria según Israel, se amontonan en el lado palestino de los cruces de Kerem Shalom y Zikim.
Las acusaciones son cruzadas entre el Estado hebreo y la ONU y otras oenegés: Tel Aviv asegura que está ampliando el paso de ayuda humanitaria a la Franja y responsabiliza a las organizaciones internacionales de que esta no llegue a la población. Mientras, estas instituciones denuncian las restricciones y el rechazo de permisos por parte de Israel, que les impide coordinar el reparto de ayuda, además de la inseguridad para sus convoyes, a los que les resulta difícil coordinar sus viajes con las autoridades israelíes u obtener autorizaciones de desplazamiento por el territorio gazatí.