La UE y China celebran este jueves una cumbre histórica 'coqueteando' más por la presión de Trump que por voluntad propia - Estados Unidos (ES)
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La UE y China celebran este jueves una cumbre histórica 'coqueteando' más por la presión de Trump que por voluntad propia

Publicado: julio 23, 2025, 11:23 am

Las relaciones entre China y la Unión Europea nunca han sido fáciles; en muchos momentos se han convertido en un matrimonio forzoso en el que por ejemplo ahora las dos partes tratan de limar asperezas más por la presión de la guerra comercial lanzada por Donald Trump que por voluntad propia. En ese marco se celebra este jueves una cumbre en Pekín, que además coincide con el 50 aniversario de los vínculos entre el bloque comunitario y el gigante asiático.

Bruselas incide en la política Sinatra: es decir, my way. Habrá que acercarse a China en lo que sea necesario y competir en aquello que lo pida, repiten en la Comisión Europea. Así, los últimos tiempos han estado llenos de choques, como la apertura de investigaciones por los subsidios públicos de Pekín al coche eléctrico en lo que el Ejecutivo comunitario considera una distorsión del mercado -esa ofensiva fue uno de los grandes pilares de Von der Leyen al inicio de la legislatura-, con la respuesta china sobre el mercado porcino, que afecta directamente a España. Pero ahora Trump ha hecho que las cosas se suavicen: eso sí, los expertos avisan a la UE de que China no puede sustituir a Estado Unidos (y tampoco quiere hacerlo).

Juan Vázquez, profesor en la Universidad Camilo José Cela y doctorado en Economía y analista en El Orden Mundial explica a 20minutos es muy difícil que China «sustituya a Estados Unidos» porque este es un país donde la UE, digamos, «puede colocar parte de su producción», todo lo contrario que China. Y es que Pekín tiene implicaciones concretas. «Hay sectores clave, sobre todo automóviles renovables, que dañan mucho a la industria alemana», por concretar en países, porque Alemania era un país dominante en esos sectores y «ahora tiene un gran competidor que le está comiendo la tostada y esto afecta al propio modelo de crecimiento alemán». Entonces Alemania y Europa en general tienen que replantearse mucho esto y «el abrirse simplemente a China no es la solución». Vázquez lo ve, de hecho, bastante problemático.

«China lo que está intentando para evitar el aranceles es, por ejemplo en el caso de los automóviles, abrir fábricas en países conectores, países que tengan acceso a mercados grandes y que tengan acuerdos de libre comercio, como Marruecos, para entrar en la UE; Hungría para exportar a países europeos, Turquía también», resume. Entonces, como la Unión es consciente de que China hace esto, podría incluso negociar directamente para que Pekín «empiece a invertir en Europa a través acuerdos con empresas europeas a medias».

Pero los acercamientos, en realidad, vista la foto completa, no van a ser más que espejismos, y de hecho la cumbre va más de postureo que de otra cosa. «Uno de los principales obstáculos para el entendimiento radica en la extendida percepción europea de China como un rival estratégico. Figuras clave en Bruselas, como Ursula von der Leyen y Kaja Kallas, abanderan una línea proatlántista que está dispuesta a utilizar China como moneda de cambio en las relaciones de la UE con EEUU«, explica por ejemplo un informe del Real Instituto Elcano. «Otro factor que contribuye a esta dinámica de desconfianza son las crecientes preocupaciones europeas en torno a la participación de actores chinos en amenazas híbridas contra la UE. Desde cortes de cables submarinos en el mar Báltico, ciberataques dirigidos a instituciones públicas y empresas privadas, a operaciones de influencia, los servicios de inteligencia europeos han venido alertando sobre un patrón de actuaciones que minan la confianza mutua», concluye.

De la cumbre en Pekín por todo eso no se esperan grandes acuerdos y de hecho se ha condensado todo en un solo día y se ha asegurado una parte clave: una reunión directa con Xi Jinping. Esa será la imagen que podrán utilizar las dos partes para incomodar en cierta medida a la Administración Trump. Y es que los tiempos también son caprichosos: la reunión se celebra solo una semana antes de que se agote el plazo dado por la Casa Blanca para alcanzar un acuerdo sobre aranceles. Trump pone el peso sobre los demás, pero los demás también quieren enviarles mensajes potentes a Trump.

China, con todo, sigue siendo un socio clave para la UE, se quiera o no. Y los números así lo dicen. En 2024, el comercio de bienes entre China y la Unión Europea alcanzó un total de 731.100 millones de euros, con un marcado desequilibrio a favor del país asiático: la UE exportó bienes por valor de 213.300 millones, mientras que las importaciones desde China sumaron 517.800 millones de euros. Esto dejó un déficit comercial de más de 304.500 millones de euros para Europa. Aunque las exportaciones europeas cayeron un 4,6 % respecto al año anterior y las importaciones bajaron ligeramente (0,3 %), la tendencia a largo plazo muestra un crecimiento sostenido en ambos sentidos, especialmente en las compras desde China, que se han duplicado en la última década.

Los productos más importados por Europa fueron principalmente equipos tecnológicos: maquinaria eléctrica, dispositivos de telecomunicaciones y ordenadores, con un valor conjunto que superó los 203.600 millones de euros (96.800 millones, 60.900 millones y 45.900 millones, respectivamente). Por su parte, las exportaciones europeas estuvieron dominadas por bienes manufacturados, especialmente maquinaria, vehículos, productos químicos y otros artículos industriales. En cuanto al comercio de servicios, el bloque comunitario mantuvo una balanza positiva con China, registrando un superávit de aproximadamente 21.700 millones de euros, lo que compensó en parte el amplio déficit registrado en bienes.

La cumbre, por lo tanto, es un paso hacia la normalización pese a las trampas que pueda haber en la relación entre ambas partes. De hecho, Von der Leyen en su último discurso sobre el tema -hace pocas semanas- subrayó que la UE no busca desvincularse de China, sino reducir los riesgos derivados de una relación desequilibrada. «Esta Comisión lidera el camino en cuanto a la reducción de riesgos, no al desacoplamiento», afirmó. Pese a que ambas partes son dos de los tres mayores actores comerciales del mundo, la presidenta expuso la paradoja del limitado acceso europeo al mercado chino: “Mientras el mercado chino es enorme, nuestro acceso a él sigue siendo restringido”. Denunció que el modelo chino, basado en subsidios y políticas industriales dirigidas, genera distorsiones que afectan la seguridad y competitividad europeas. Pero pese a todo eso ahora mismo es mejor estar bien avenidos.

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