Publicado: julio 21, 2025, 8:49 am
Julian Alaphilippe fue uno de los grandes protagonistas de la jornada del domingo en el Tour de Francia, disputada entre las localidades de Muret y Carcassonne . El francés acabó tercero después de superar una accidentada decimoquinta etapa para él, con una caÃda al principio del recorrido y un hombro magullado, y acaparó muchas miradas en la lÃnea de meta. Sin embargo, para su desgracia no fue por su ejemplo de lucha y resistencia sino por su inesperada celebración. Ni los aficionados presentes en la lÃnea de meta de la turÃstica ciudad gala ni los que seguÃan la carrera por televisión comprendieron por qué el corredor del equipo Tudor celebró con rabia tras ganar el esprint al resto de ciclistas con los que acabó la etapa , pues su esfuerzo apenas significó un tercer puesto en la clasificación etapa. Tim Wellens ya se habÃa adjudicado la victoria y Victor Campenaerts cruzó la meta segundo, un poco por delante de Alaphilippe. La explicación llegarÃa después con las declaraciones posteriores del francés reconociendo que pensaba que habÃa ganado la etapa. «Tuve una caÃda y me disloqué el hombro. Por unos segundos pensé que todo habÃa terminado, pero entonces recordé lo que me habÃan hecho una vez en el hospital y me lo coloqué yo mismo. Después apreté porque mis piernas se sentÃan bien. Desafortunadamente la radio habÃa dejado de funcionar con la caÃda, asà que disputé el esprint como un idiota buscando la victoria ». Desconectado de su director de equipo, Alaphilippe no sabÃa que ya habÃa un ganador de etapa. Concentrado en el arreón final, el galo ni siquiera vio tampoco al segundo clasificado cruzando la lÃnea de meta delante de él . La decepción llegó después al conocer la realidad. Lo peor es que no es la primera vez que el ciclista francés vive una situación similar, pues en 2020 se hizo viral por celebrar con los brazos en alto en los últimos metros de la clásica Lieja-Bastoña-Lieja, antes de ver cómo el esloveno Primoz Roglic le superaba sobre la lÃnea de meta.