Publicado: julio 12, 2025, 6:23 pm
Mover la pierna de forma constante es un acto inconsciente que se produce para liberar determinadas tensiones internas, una especie de ‘válvula de escape’ que nos relaja y que casi siempre están causados por una situación de estrés, ansiedad, o sobrecarga emocional.
Cuando no conseguimos canalizar adecuadamente los altos niveles de estimulación cerebral, una de las maneras de descargar tensión es a través de este tipo de movimientos repetitivos, que según la psicología tienen que ver con la angustia y la ansiedad ante determinadas situaciones.
¿Ansiedad o aburrimiento? Esto dice la psicología
Aunque la causa principal según los expertos es una situación de estrés que nos preocupa, o sentimos que no podemos controlar, existen causas secundarias como el aburrimiento o la dificultad para concentrarnos cuando estamos desempeñando alguna actividad que, en realidad, no nos interesa ni nos motiva.
Ver que alguien mueve sus piernas (puede ser una sola o ambas) de manera incesante podría significar que, en realidad, no le interesa lo más mínimo estar en ese lugar, y sin darse cuenta su cerebro le sitúa fuera de allí. Es algo así como manifestar ‘quiero irme de aquí’.
Sin embargo, aunque la mayoría de las veces tiene un origen en la sobrecarga emocional por situaciones no resueltas, el movimiento incesante y repetitivo de piernas podría estar ocasionado por el denominado síndrome de piedras inquietas, un problema que conviene que trate el médico para encontrarle una solución definitiva.
¿Qué es el Síndrome de Piernas Inquietas (SPI)?
El Síndrome de Piernas Inquietas, también llamado enfermedad de Willis-Ebom es un trastorno neurológico que se manifiesta de la misma manera, con la necesidad incontrolable de mover repetitivamente las extremidades, y que afecta a millones de personas en todo el mundo.
En este caso, la repetición llega a resultar muy incómoda para quien la padece y también para aquellas personas que lo presencian, dificultando seriamente el descanso nocturno y empeorando la calidad de vida del paciente. Y es que este síndrome sucede sobre todo por la noche y en momentos de inactividad.
En estos casos concretos, las sensaciones sí son conscientes, puesto que los pacientes refieren calambres, cierta sensación de hormigueo, dolor, quemazón… que provoca que muevan sus piernas para intentar encontrar un alivio en ese gesto. El síntoma principal de este problema está relacionado con un desequilibrio en la dopamina, neurotransmisor relacionado con la función muscular. Los factores genéticos también tienen mucho que decir en este trastorno.
Rasgos comunes a las personas que mueven las piernas repetitivamente
En general, los expertos en psicología achacan una serie de rasgos coincidentes en estas personas que mueven una o las dos piernas de manera inconsciente y repetitiva. Al parecer, podría tratarse de personas con poca seguridad en sí mismas, que se desestabilizan ante una situación de estrés que sienten que no controlan.
Se trata de perfiles que se bloquean con facilidad, les cuesta encontrar motivación y suelen ser pesimistas. En estos casos no se trataría de un síndrome neurológico como es el SPI, sino más bien de una costumbre adquirida que les hace sentir mejor cuando mueven las piernas. Sea cual sea el origen, la ayuda profesional podría reconducir la situación, apoyada por un estilo de vida saludable.