Publicado: julio 9, 2025, 1:13 pm
El envejecimiento de la población es un problema compartido por buena parte de los países desarrollados con especial incidencia en España. En su informe sobre perspectivas de empleo publicado este miércoles, la OCDE calcula que el país ibérico será el que sufra la mayor caída de la tasa de ocupación hasta 2060 a causa de una ciudadanía de edad cada vez más avanzada. La organización con sede en París advierte de que este fenómeno no solo reducirá el volumen de trabajadores en relación a la población total, sino que también frenará el crecimiento económico y recomienda retrasar la salida del mercado laboral de los trabajadores de más edad, así como apostar por la inmigración para ganar mano de obra.
Las proyecciones que maneja la OCDE apuntan a que la población en edad de trabajar se reducirá en España un 30% para 2060. De este modo, fruto de la baja fecundidad y la elevada esperanza de vida, se espera que la tasa de ocupación se reduzca algo más de 10 puntos porcentuales entre 2023 y 2060, lo que supondría la mayor caída entre los países de la OCDE, muy por encima del descenso media de 2 puntos que se prevé para el conjunto de economías avanzadas. En paralelo, el informe pronostica que el número de jubilados por cada persona en edad de trabajar se duplicará en los próximos 35 años, pasando de 0,34 en 2023 a 0,75 en 2060.
La OCDE avisa de las consecuencias económicas de este cambio demográfico, apuntando a que con este escenario y, siempre y cuando se mantenga el nivel de productividad anterior a la pandemia, el PIB per cápita crecería en España apenas un 0,13% anual hasta 2060, frente a la media del 0,53% registrada entre 2006 y 2019. No obstante, el organismo con sede en París matiza que esta proyección a la baja «podría contrarrestarse en gran medida movilizando recursos laborales desaprovechados, especialmente personas mayores con buena salud, mujeres y migrantes».
En ese sentido, la OCDE señala que «fomentar y facilitar que los trabajadores sénior sanos permanezcan más tiempo en el mercado laboral es fundamental» y llama a reducir al 10% la tasa de empleados de mayor edad que salen del mercado laboral. El organismo internacional cree que alcanzar esta meta tendría un efecto «apreciable» en España y bastaría para compensar la bajada prevista del crecimiento del PIB por habitante a causa del envejecimiento. En particular, concreta que en el caso español el mayor potencial está en reducir la tasa de salida al mercado de los mayores de 65 años.
Asimismo, la organización con sede en París recomienda promover la inmigración regular para hacer frente a la escasez de mano de obra y ganar fuerza laboral. Esto, sumado a la prolongación de la vida laboral entre los trabajadores de mayor edad y a la movilización de todos los recursos infrautilizados, podría impulsar el crecimiento anual del PIB per cápita en España hasta el 0,73% en 2060, seis décimas por encima de la proyección inicial. No obstante, seguiría siendo insuficiente para alcanzar la media de la OCDE, ya que se espera un crecimiento del 0,9% para el conjunto de países miembros. Para que España llegara a ese nivel sería necesario, además, que mejorara su productividad.
En un horizonte más inmediato, la OCDE prevé que el PIB nacional mantenga su crecimiento en 2025, aunque con un avance más moderado que en los ejercicios anteriores. En concreto, pronostica para este año un crecimiento del 2,4%, acompañado de un descenso en la tasa de paro al 10,7%. El organismo internacional recuerda que el desempleo sigue siendo uno de los grandes retos de España, ya que el país sigue teniendo la tasa de paro más alta entre las economías avanzadas, aunque reconoce que la tasa de empleo se encuentra en máximos históricos —66,5% en el primer trimestre de 2025— y que la brecha con la media de la OCDE se ha reducido significativamente desde la crisis financiera —de diez a 3,8 puntos—.
Además, la OCDE agrega que el envejecimiento de la población que padecen las economías avanzadas está siendo acompañado por una desigualdad intergeneracional creciente. En España las personas de 55 a 64 años han experimentado un aumento de sus ingresos más rápido que el de los jóvenes de 25 a 34 años. En concreto, en 1995 la renta disponible de los jóvenes era un 1,3% superior a la del grupo de mayor edad, una tendencia que se invirtió a comienzos de siglo, provocando que en 2022 fueran las personas de 55 a 64 años quienes tenían ingresos un 5,6% superiores a los de los jóvenes. La OCDE apunta así a que los baby boomers han disfrutado durante las tres últimas décadas de un aumento de sus ingresos significativamente superior al de las generaciones posteriores y advierte de que, si no se encuentra una forma de impulsar los ingresos de las generaciones más jóvenes, la desigualdad intergeneracional seguirá creciendo.