Publicado: julio 7, 2025, 6:23 pm
Ursula von der Leyen está ante su primera prueba de fuego de su legislatura más exigente. Recibida con aplausos, la alemana afrontó en Estrasburgo ante el Parlamento Europeo una moción de censura -que se votará el jueves- que sirve para poner en jaque por primera vez su figura y en la que ella se ha defendido alegando que ha rendido cuentas en todo momento y que los precedentes hablan por sà solos en su favor. «Podemos sacar conclusiones sobre la intención de esta moción: viene de los extremismos, con falsos argumentos y con intenciones propias del pasado«, se defendió en el inicio del debate, a la vez que defendió la fortaleza del pacto centrista que la ha hecho dos veces jefa del Ejecutivo comunitario.
Esta moción se da justo un año después de revalidar su cargo como presidenta de la Comisión Europea con una mayorÃa ajustada de 401 votos a favor (de los 707 emitidos), 284 votos en contra, 15 abstenciones y siete votos nulos. Es de prever que ahora mantenga también los apoyos del Partido Popular Europeo, los socialdemócratas, los liberales, los verdes en su mayorÃa y una buena parte de ECR, el grupo que lidera Giorgia Meloni; ahà la división existe. La italiana está en contra de la moción, pero no asà los polacos de Ley y Justicia. La moción, de hecho, ha sido firmada por 73 eurodiputados, y necesita un apoyo de dos tercios de los votos emitidos para salir adelante.
A este punto se ha llegado por el llamado Pfizergate. La Comisión Europea tendrÃa que haber entregado la información sobre los contratos de compra de vacunas contra la covid con Pfizer. Esa es la conclusión de la sentencia emitida hace un mes por el Tribunal General de la Unión Europea (TGUE) ante la denuncia del New York Times porque no se mostraron las conversaciones en mensajes de texto entre la presidenta Ursula von der Leyen y el CEO de la farmacéutica, Albert Bourla. La justicia europea dictaminó que la Comisión no puede limitarse a afirmar que no tiene en su poder los documentos solicitados, «sino que debe presentar explicaciones creÃbles que permitan al público y al Tribunal General entender por qué no pueden encontrarse esos documentos«. De este modo, añaden, el Ejecutivo comunitario no explicó en detalle el tipo de búsquedas que supuestamente se realizaron para encontrar esos documentos.
El ponente de la moción, Gheorghe Piperea (ECR), arrancó las ‘hostilidades’ en un contexto en el que la presidenta de la Eurocámara, Roberta Metsola, tuvo que pedir silencio en varias ocasiones ante una Von der Leyen muy enfadada durante sus intervenciones. Piperea aseguró que la moción «no es un problema, sino el inicio de la solución» porque hay «principios que han sido rotos» y asà lo demuestra, dijo, la sentencia del TJUE. «Sirve para que los europeos abran un proceso de reflexión», aseguró el eurodiputado en la presentación de la moción, y acusó de manera implÃcita a la alemana de ser «totalitaria» en su relación con el Parlamento.
Ya en su turno, la presidenta de la Comisión Europea, escoltada por todo su Colegio de Comisarios, sostuvo que la moción es un ejemplo de lo que Europa no puede ser, a sus ojos: «Una sociedad polarizada, la desconfianza en la democracia, con acusaciones falsas sobre las elecciones, intentando reescribir la historia de cómo Europa superó la pandemia mundial y como lo hicimos juntos», espetó y acusó al lado de la ultraderecha, entre gritos en sus bancadas, de entrar «en conspiraciones» sobre su gestión y lo que ocurrió durante la covid.
«Ninguno de nosotros olvidará las imágenes de los vehÃculos militares transportando féretros en Bérgamo, o el momento en que se impuso el confinamiento, se cerraron las fronteras y escaseaba el equipo médico esencial. Fueron dÃas oscuros, sin luz al final del túnel. Pero también recuerdo lo que logramos juntos: cómo se desarrolló una vacuna en tiempo récord gracias a la ciencia europea, cómo aceleramos la producción industrial tras un comienzo lento, y cómo todos los Estados miembros tuvieron el mismo acceso a las vacunas. Cada ciudadano, sin importar su paÃs, tuvo la misma oportunidad. Esta es la Europa solidaria que amo, y la que los extremistas detestan», resumió al inicio en una exposición larga.
Ninguno de nosotros olvidará las imágenes de los vehÃculos militares transportando féretros en Bérgamo, o el momento en que se impuso el confinamiento
En ese punto, defendió su papel en el contacto con las farmacéuticas. «No es un secreto que estuve en contacto con fabricantes de vacunas. Era mi deber, al igual que lo fue consultar a los mejores epidemiólogos y autoridades sanitarias del mundo. Insinuar que los contratos fueron inapropiados o contrarios al interés europeo es simplemente falso», espetó mirando a la cámara en Estrasburgo, y puso también el foco en la importancia de los gobiernos nacionales. «Cada contrato fue negociado por la Comisión y los Estados miembros, revisado en detalle, y firmado por los 27. No hubo cláusulas secretas ni obligaciones ocultas. Cada paÃs decidió voluntariamente comprar las vacunas. Decir lo contrario es, con claridad, una mentira», sentenció.
En el final de su mensaje, Ursula von der Leyen aseguró que la Comisión «está siempre dispuesta a trabajar por la transparencia» con la Eurocámara y pidió seguir buscando puntos de encuentro con los grupos polÃticos que la han apoyado. «Sé que no siempre estamos de acuerdo en todo», reconoció, pero reclamó seguir manteniendo vivo el diálogo. «No juguemos el juego de los extremistas», reiteró, y terminó con otro reclamo: «Debemos ser conscientes de las amenazas a la democracia, el auge de partidos extremistas que propagan desinformación, muchas veces apoyados por fuerzas externas hostiles», en una parte en la que acusó a la ultraderecha de ser «mascotas» de la Rusia de Putin. «Algunos signos de esta moción lo dejan claro. Nuestra respuesta no puede ser despreciar cómo vota la gente, sino entender sus inquietudes legÃtimas y abordarlas».
En las réplicas de los eurodiputados, Manfred Weber (PPE) aseguró que la moción «no tiene sentido alguno» y que solo sirve para tener «contento a Putin» al ver cómo una parte del Parlamento Europeo quiere «desgastar» a la Comisión. Tampoco van a apoyar la moción los socialdemócratas, pese a ser crÃticos con la falta de ambición de Von der Leyen a la hora de aplicar las agendas social y verde. «No vamos a regalar ni un solo voto a quienes como Abascal, Orban o Le Pen quieren destruir la Unión Europea», expuso desde la tribuna en este sentido Iratxe GarcÃa.
A lo largo de la historia, se han presentado ocho mociones de censura, y solo prosperó la de 1999 a la Comisión Santer por casos de corrupción. Cabe recordar que según el Tratado de Funcionamiento de la Unión Europea (TFUE), concretamente el artÃculo 234, el Parlamento Europeo puede presentar una moción de censura contra la Comisión Europea en su conjunto (no contra un solo comisario o el presidente de manera individual). Es decir, si se aprueba, cae el Colegio de Comisarios en su conjunto, no solo la presidenta. El jueves, capÃtulo final.