La dura historia de los padres de Pedro Pascal: exilio en Venezuela, un supuesto robo de óvulos y un suicidio - Estados Unidos (ES)
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La dura historia de los padres de Pedro Pascal: exilio en Venezuela, un supuesto robo de óvulos y un suicidio

Publicado: junio 7, 2025, 6:14 am

La sala prorrumpió en aplausos. Las palabras que acababa de decir uno de los actores del momento, Pedro Pascal, contras la política de fronteras del presidente Donald Trump hicieron que la prensa del Festival de Cannes defendiese al intérprete a ultranza. «Y deseo, de verdad, estar del lado correcto de la historia», había afirmado, «porque soy inmigrante. Mis padres fueron refugiados de Chile. Y yo mismo también lo fui. Huimos de una dictadura y tuve la suerte de crecer en Estados Unidos, después de recibir asilo en Dinamarca. Si no hubiera sido por eso, no sé qué habría sido de nosotros… Siempre voy a defender la protección de los derechos humanos».

No era para menos. La historia de José Pedro Balmaceda Pascal es la consecuencia directa de lo ocurrido en su país de origen a partir del golpe de Estado que Augusto Pinochet llevó a cabo contra el Palacio de La Moneda el 11 de septiembre de 1973. El actor de series como The Last of Us, Juego de tronos, Narcos o The Mandalorian vino al mundo en la capital, Santiago de Chile, el 2 de abril de 1975, siendo sus padres, José Balmaceda Riera y Verónica Pascal Ureta, seguidores acérrimos de Salvador Allende, miembros del Movimiento de Izquierda Revolucionaria.

Su padre, cuyos orígenes eran de Mallorca (su madre), Navarra y País Vasco (sus bisabuelos), era médico especialista en fertilidad, y su madre, psicóloga infantil, además de familia de Andrés Pascal Allende, sobrino del depuesto presidente comunista, y al que, de hecho, ayudaron tras el golpe militar escondiéndole en su casa.

Precisamente por ello se convirtieron en objetivos de la DINA, la policía secreta de la dictadura. Tal y como contaría años después Paula Coddou, sobrina de Verónica Pascal, a la revista Paula, en cuanto fueron a buscar a José Balmaceda al hospital donde trabajaba, aunque logró eludir a los agentes, no hubo más excusas: se llevaron a Pedro y a su hermana Javiera fuera del país. Un hombre al que había curado lo había tenido que delatar tras sufrir horas y horas de tortura, llegó a explicar en el pódcast Smartless el propio intérprete.

Tras esconderse durante medio año, en primer lugar, ambos progenitores, que por aquel entonces no tenían ni 30 años, entraron en la embajada de Venezuela y, previo paso por Dinamarca, acabaron establecidos en la ciudad de San Antonio, en Texas, para más tarde recalar en Newpot, en el Orange County de California. Ya en Estados Unidos el matrimonio tendría otros dos hijos.

En la Costa Oeste, José fundó una clínica de reproducción asistida junto a dos médicos más. La infancia de Pedro Pascal no fue a partir de aquí mucho más fácil, pues a los suyos se les veía como una familia de inmigrantes, no como exiliados, y se cebó con ellos el racismo. Según el actor, fueron «dos años realmente duros, años de mucho bullying«, en los que él se refugió en la literatura, leyendo obras de teatro, y en películas alquiladas del videoclub.

El germen de lo que sería su profesión serían esas tardes sin apenas amigos y el momento en que su madre le apunta en una escuela secundaria de artes, que pronto llamó su atención pues descubre la interpretación. Eso, y una representación de Angels in America, obra del dramaturgo y guionista Tony Kushner, le cambiarían la vida, en sus propias palabras. Tanto, que se marcharía en 1993 a La Gran Manzana para estudiar dicha carrera en la Escuela de Artes Tisch de la Universidad de Nueva York.

Antes de eso casi se queda a vivir en Madrid. Fue una época en la que trabajó como gogó en la capital española, pero decidió volver a Estados Unidos e intentar abrirse un hueco en el mundo del cine. Sin embargo, su éxito le llegaría después de dos trágicos sucesos. El primero de ellos tuvo como protagonista a su padre, quien cayó en desgracia en 1995. Por aquel entonces el Dr. Balmaceda ya estaba siendo más o menos conocido por sus innovadores tratamientos de fertilidad, pero una serie de denuncias fueron el principio del fin.

José y sus socios fueron demandados por cerca de 40 expacientes, quienes los acusaron de ser los principales responsables de haber robado sus óvulos y embriones para implantarlos en otras mujeres sin su conocimiento ni su consentimiento. Tal fue el escándalo que algunos de dichos antiguos pacientes se demandaron entre ellos buscando la custodia de los menores, cada cual reclamando que eran biológicamente suyos o que habían ejercido de padres o madres.

Supuestamente para evitar los juicios penales, así como otros cargos, ya que también había sido acusado en varios grados de fraude postal por facturación de seguros, José Balmaceda cogió a Verónica Pascal y a sus dos hijos menores y se volvieron de regreso a Chile, lo que de facto le hizo entrar en la lista de fugitivos del país norteamericano, llegando a ser detenido en el aeropuerto de Ezeiza, en Buenos Aires, para su extraditación, que finalmente no ocurriría.

Tanto Pedro como su hermana Javiera, que sí se quedaron en Estados Unidos, siempre han mantenido la inocencia de su padre y que no hizo nada malo. Ello no quita que el actor estuviese pasando una racha muy mala, con problemas para pagar el alquiler debido a los pocos papeles que obtenía. Y todavía quedaba por llegar la peor de las desgracias. Sus padres se separaron y, poco después de ello, en el año 2000, cuando Pedro apenas si contaba todavía con 24 años, su madre se quitó la vida, un suicidio que cambiaría por completo su trayectoria.

Literalmente, pues lidiando con el duelo, se dio cuenta de lo difícil que era para los estadounidenses pronunciar Balmaceda. Él, que había sido acreditado en pequeños roles como Pedro Balmaceda (en la serie Buffy, cazavampiros) o como Alexander Balmaceda, el cual eligió por una de sus películas favoritas, Fanny y Alexander, de Ingmar Bergman, finalmente decidió homenajear a su madre con su nombre artístico, Pedro Pascal. Con elo y la influencia de amigos como Oscar Isaac y, sobre todo, Sarah Paulson, que le consiguió su audición para Juego de tronos, su vida dio el giro necesario para ser quien es ahora y, además, no olvidarse de dónde viene.

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