Publicado: mayo 15, 2025, 5:12 am
Los republicanos del Congreso de Estados Unidos avanzaron ayer en importantes elementos del paquete presupuestario del presidente, Donald Trump, al aprobar comisiones clave, recortes fiscales que añadirían billones de dólares a la deuda estadounidense, al tiempo que recortarían el gasto en asistencia sanitaria para los pobres y los discapacitados.
Con los demócratas boicoteando esta prioridad de Trump, los republicanos se apoyaron en sus mayorías en el Comité de Medios y Arbitros de la Cámara de Representantes, encargado de redactar los impuestos, y en el panel de Energía y Comercio, que supervisa Medicaid y otros programas sanitarios, para sacar adelante el controvertido paquete de proyectos de ley.
Haciendo gala de su fuerza mayoritaria, los republicanos derrotaron todas las enmiendas de los demócratas al proyecto de ley redactado por los republicanos.
Se trata de una victoria inicial para los republicanos, que todavía tienen que superar muchos obstáculos antes de poder llevar el extenso paquete de recortes fiscales, aumentos del gasto y reducciones de la red de seguridad a la mesa de Trump para que lo convierta en ley.
La “Gran Ley Bonita” de Trump añadiría billones de dólares a la deuda del país, que con 36.2 billones de dólares equivale actualmente a 127% del Producto Interno Bruto. El paquete prevé un endeudamiento adicional de 4 billones de dólares, aunque el costo total es incierto en este momento.
El presidente de la Cámara de Representantes, el republicano Mike Johnson, dijo a la prensa que su partido estaba en vías de aprobar la enorme ley antes de la festividad del 26 de mayo, Día de los Caídos. Sin embargo, sigue enfrentándose a la oposición de su propio partido.
Los legisladores republicanos moderados de los estados costeros liderados por los demócratas, como Nueva York, Nueva Jersey y California -críticos para la estrecha mayoría de 220-213 del partido- dicen que el proyecto de ley impone un límite demasiado bajo a la cantidad de impuestos estatales y locales que pueden deducirse de los impuestos federales sobre la renta de los electores.
“Tal y como está ahora mismo, yo soy un ‘no’, así que van a tener que encontrar una solución aquí y rápidamente si quieren mantenerse en el calendario”, dijo el representante republicano, Mike Lawler, de Nueva York, y defensor de la llamada deducción SALT.
Los partidarios de la línea dura, por su parte, exigen mayores recortes del gasto.
“Estoy tratando de poner las cuentas en orden para que este país vuelva a la senda financiera. Y eso no ha ocurrido”, mencionó el republicano Ralph Norman, de Carolina del Sur.