Publicado: mayo 2, 2025, 3:24 pm
La mamba negra, la serpiente más venenosa del mundo, puede provocar la muerte de una persona tan solo diez minutos después de inyectarle sus neurotoxinas. Tampoco es agradable un encuentro con la cobra real: aún más grande que la mamba (puede llegar a medir más de cinco metros), provoca que la vÃctima entre en coma y, después, fallezca por una insuficiencia respiratoria. Algo parecido ocurre con el veneno de la serpiente tigre australiana, que es capaz de inmovilizar en minutos a un humano, que además sufrirá la coagulación de su sangre y el bloqueo de sus arterias. Por miedo a morir a alguna picadura de estos temibles animales (que además coleccionaba en su casa), Tim Friede, estadounidense y excamionero de profesión reconvertido en ‘youtuber’ (si bien él mismo se denomina como «herpetólogo autodidacta y experto en venenos»), estuvo dejando que le picaran durante 18 años una veintena de especies diferentes, inoculándose después su correspondiente antÃdoto. Su teorÃa: el veneno y el suero provocarÃan que poco a poco se fuera inmunizando de manera natural. Criticado por muchos, que denunciaban que solo lo hacÃa por hacerse famoso en internet, restando peligrosidad a sus acciones, Friede afirmaba que su intención era ‘donarse’ a la ciencia en vida para que alguien consiguiera el antÃdoto universal. La comunidad cientÃfica reprobó su comportamiento, alegando que cualquier tipo de fármaco o vacuna deben pasar por unos estrictos controles y fases antes de ser probados en humanos, por lo que muchos se negaron a trabajar con él. Pero en 2017 encontró a investigadores de una empresa privada que sà estaban dispuestos a ello. Y ahora, casi una década después, presentan un nuevo y único antisuero que es capaz de neutralizar las neurotoxinas de la mamba negra, la cobra real, la serpiente tigre y otras 16 especies más a partir de los anticuerpos de Friede, quien ha recibido más de 200 picaduras en toda su vida. Los resultados acaban de publicarse en la revista ‘ Cell ‘. La elaboración de antivenenos no ha cambiado mucho en el último siglo: para conseguir un antÃdoto, se inoculan pequeñas partes del veneno de una sola especie y, después, se recolectan los anticuerpos producidos. Sin embargo, los autores del estudio, capitaneados por Jacob Glanville, director ejecutivo de la compañÃa Centivax, una empresa centrada en buscar una vacuna universal contra todo tipo de virus (y de la que Friede es su director de herpetologÃa ), señalan que el proceso tradicional de conseguir antisueros «podrÃa provocar reacciones adversas a los anticuerpos no humanos, y los tratamientos suelen ser especÃficos para cada especie y región«. Mientras exploraban formas de mejorar el proceso, los cientÃficos de Centivax se toparon con Friede, que aceptó participar en el estudio. Al analizar su sistema inmune, los investigadores observaron que habÃa generado anticuerpos que eran efectivos contra varias neurotoxinas de serpientes a la vez. «Lo emocionante del donante fue su historial inmunitario único», afirma Glanville. «No solo creó potencialmente estos anticuerpos ampliamente neutralizantes, sino que, en este caso, podrÃa dar lugar a un antiveneno de amplio espectro o universal». Para elaborar el antiveneno, el equipo creó primero una selección con las 19 serpientes de la familia de los elápidos, un grupo que abarca aproximadamente la mitad de todas las especies venenosas, incluyendo serpientes coral, mambas, cobras, taipanes y búngaros. A continuación, los investigadores aislaron anticuerpos diana de la sangre del donante, que reaccionaban con las neurotoxinas presentes en las especies de serpientes analizadas. Uno por uno, los anticuerpos se analizaron en ratones envenenados de cada especie de la selección. De esta forma, los cientÃficos pudieron elaborar sistemáticamente una combinación con un número mÃnimo, pero suficiente, de componentes para neutralizar todos los venenos. El equipo formuló una mezcla con tres componentes principales: dos anticuerpos aislados del donante y una pequeña molécula. El primer anticuerpo del donante, llamado LNX-D09, protegió a los ratones de una dosis letal de veneno completo de seis de las especies de serpiente. Para reforzar aún más el antisuero, el equipo añadió la pequeña molécula varespladib, un conocido inhibidor de toxinas, que otorgó protección contra otras tres especies. Finalmente, añadieron un segundo anticuerpo aislado del donante, llamado SNX-B03, que extendió la defensa a todas las serpientes seleccionadas. «Al llegar a los 3 componentes, obtuvimos una protección total sin precedentes para 13 de las 19 especies y, posteriormente, protección parcial para las restantes que analizamos», dice Glanville. «Mirando nuestra lista, pensamos: ‘¿Cuál es el cuarto agente?’. Y si pudiéramos neutralizarlo, ¿obtendrÃamos mayor protección?». Incluso sin un cuarto agente, sus resultados sugieren que la combinación de tres componentes podrÃa ser eficaz contra muchas otras serpientes elápidas, si no la mayorÃa, no analizadas en este estudio. Tras la eficacia del cóctel antiveneno en modelos murinos, el equipo busca ahora probar su eficacia en el campo, comenzando por administrar el antiveneno a perros llevados a clÃnicas veterinarias por mordeduras de serpiente en Australia. Además, desean desarrollar un antiveneno dirigido a la otra familia principal de serpientes: las vÃboras. «Estamos trabajando arduamente para preparar reactivos que permitan realizar este proceso iterativo: determinar cuál es la combinación mÃnima suficiente para brindar una amplia defensa contra el veneno de los vipéridos», afirma el autor principal, Peter Kwong, profesor de Ciencias Médicas de la Universidad de Columbia. «El producto final contemplado serÃa una combinación única de antiveneno o, potencialmente, dos: una para los elápidos y otra para los vipéridos, ya que en algunas zonas del mundo solo existe una combinación». El otro objetivo principal es contactar con fundaciones filantrópicas, gobiernos y compañÃas farmacéuticas para apoyar la fabricación y el desarrollo clÃnico del antiveneno de amplio espectro. «Esto es crucial, ya que, si bien se producen millones de envenenamientos por serpientes al año, la mayorÃa se producen en paÃses en desarrollo, lo que afecta de forma desproporcionada a las comunidades rurales», afirma Glanville.