Publicado: abril 28, 2025, 6:23 am
La guerra de Valencia contra la mosca de la fruta del Mediterráneo se remonta a hace más de treinta años y es un recordatorio constante de que ir a la guerra contra un insecto nunca es fácil.
No es un recordatorio que haga falta, la verdad. Cientos de regiones de todo el mundo libran sus particulares conflictos con todo tipo de insectos, hongos o bacterias. Si Valencia es importante, es por otra cosa.
Por una fábrica en Caudete de las Fuentes.
Un ejército de moscas. Desde al menos 2017, el que hoy conocemos como Centro Valenciano de Lucha Genética lleva soltando cientos de millones de moscas semanalmente para combatir las plagas. La técnica no es nueva, pero en este municipio valenciano la han llevado a su máxima expresión.
No por nada es la bioplanta más grande de Europa y la segunda más grande del mundo: toda una referencia en lo que se denomina «técnica del insecto estéril».
¿Insecto estéril? Sí, se trata de «un método de control biológico de plagas que se basa en criar machos de la misma especie a combatir que se esterilizan mediante irradiación». Estos machos estériles se sueltan al campo, donde compiten con los machos silvestres por el apareamiento con las hembras, «reduciéndose los niveles de la plaga al no dar lugar a descendencia».
Es una solución que «se ha utilizado en la agricultura de múltiples países y en diversas moscas y escarabajos. Además, se estudia para luchar contra los mosquitos, en particular los Aedes, «vectores de enfermedades como el dengue y el chikungunya».
¿Y es viable? Según el ejemplo valenciano, parece que sí. Aunque el gobierno autonómico gasta unos ocho millones de euros al año, se ha convertido en una pieza clave en la defensa de un sector que mueve más de 10.000 millones solo en la región. Como explicaban en El País: «en los últimos años ha habido una muy pronunciada disminución de las hectáreas de cítricos tratadas con productos químicos mediante medios aéreos (de unas 330.000 a principios del siglo XXI a apenas unas miles de hectáreas en la actualidad)».
Es decir, es un proyecto relativamente barato y bastante eficaz que, además, permite intervenciones muy específicas y seguras: «dado que los machos estériles generalmente sólo se aparean con hembras de su propia especie, se espera poco efecto sobre los ecosistemas, a diferencia de los insecticidas, que son tóxicos para muchas especies diferentes».
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Un futuro cada vez más presente. Hace unos años, Manuel F. Herrador, profesor de la Escuela de Ingeniería Civil de la UDC, decía que en el futuro, se horrorizarán de cómo buena parte de nuestra manera de construir se resumía en dos palabras: fuerza bruta. Pasará algo así cuando los historiadores de la tecnología se fijen en cómo cultivamos durante el siglo 20.
Ahora, poco a poco, estamos recuperando (y creando) otras formas de intervenir en la naturaleza mucho más inteligentes, potentes y eficaces. Caudete de las Fuentes es solo el principio.
Imagen | Alvesgaspar | ESA
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La noticia
Cada semana, millones de moscas se liberan sobre la Comunidad Valencia y, aunque no lo parezca, es una idea sensacional
fue publicada originalmente en
Xataka
por
Javier Jiménez
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