Publicado: abril 24, 2025, 3:17 am
En la industria de las telecomunicaciones, el horizonte pinta nubes grises derivado de la guerra arancelaria y la volatilidad de las monedas generadas por Trump. La consultora CIU considera que las grandes inversiones necesarias para proveer los servicios y los lentos retornos de inversión vaticinan efectos negativos desde distintos frentes para este sector, entre los que destacan los que se refieren a continuación.
Según el mismo estudio, este problema es aún más severo si consideramos el déficit de infraestructura y el retraso en la modernización de la infraestructura en México. Según datos del IFT ningún operador cubre siquiera el 85% de cobertura 4G y la cobertura 5G apenas llega al 39.5% de la población, lo cual es un vergonzoso comparativo con Estados Unidos donde la cobertura 4G alcanza el 99% y la 5G supera el 90%.
Otro problema es que la adquisición de todos los equipos tecnológicos viene del extranjero, de tal suerte que esta guerra de tarifas y volatilidad cambiaria pone una fuerte presión e incertidumbre en la industria.
Es así que, CIU advierte que la relación cercana entre el desempeño del PIB y los ingresos del sector de telecomunicaciones sufrirán una contracción en la economía se traducirá en una disminución de la capacidad de compra de los consumidores, que afectará negativamente la demanda y el consumo de servicios de conectividad.
Aunado a otros problemas económicos que se avecinan y que afectarán directamente los bolsillos de los consumidores, el encarecimiento de los dispositivos reduciría la demanda, afectando directamente los ingresos de los operadores. Según el estudio, al cuarto trimestre de 2024, poco más de una cuarta parte de los ingresos móviles dependían de la venta de equipos. Sera pues interesante ver y entender como una regulación estratégica y proactiva que fomente la competencia y beneficios fiscales equitativos pueda ayudar a que la industria de las telcos salga menos afectada de estos vaivenes económicos.
Adiós, Papa Francisco
Un par de líneas para evocar la memoria de un Papa que gran parte de la población del mundo quiso, admiró y respetó. Un Papa latino, un Papa futbolero, un Papa cercano, cálido, cariñoso y humano. Un Papa que se bajó de los palacios papales y del papamóvil para echarse una cascarita con jóvenes, dar consejos coloquiales a todos y que incluyó a todos de manera caritativa y compasiva.
Se va el Papa en un momento en el que hoy más que nunca nos hace falta un líder congruente, con visión de la fraternidad humana a largo plazo y con una ideología que trascienda religiones, fronteras, colores y estatus social.
