Publicado: abril 20, 2025, 12:03 pm
Anabel Pantoja ha vivido una de las semanas más especiales y emocionantes de su vida: la primera Semana Santa junto a su hija, la pequeña Alma, que nació el pasado 23 de noviembre.
Pese a que han sido meses de lo más duros para la sobrina de Isabel Pantoja y su pareja, David Rodríguez, tras el ingreso de la bebé en el Hospital Materno Infantil de Canarias por un supuesto traumatismo craneoencefálico, la influencer ha disfrutado estas vacaciones como nunca.
La colaboradora ha presenciado todo tipo de procesiones y actos tanto en Sevilla como Córdoba junto a amigos, su familia y su madre, Merchi. Sin embargo, la sevillana ha asegurado que está agotada y que necesita un descanso.
La razón principal recaería en David. Y es que la Semana Santa sería de lo más importante para el cordobés ya que cumple cada año su labor como costalero cargando diferentes pasos procesionales en actos donde ha recibido todo el apoyo de Anabel, que no se ha perdido una.
«Veo una cruz o un nazareno y me da fatiga»
«Para mí la Semana Santa acaba en la Madrugá. Cuando ya amanece el viernes… Digamos que sigue, por supuesto, con todas las hermandades que salen, pero estoy acostumbrada desde pequeña a que cuando termina la Madrugá, yo termino. Me voy a la playa o hago planes y demás», ha asegurado Pantoja en sus redes sociales, donde ha compartido unas imágenes en las que ha expresado su agotamiento.
Asimismo, ha revelado a sus seguidores que no puede más. «Desde que conozco a David, el Viernes y el Sábado Santo son como obligatorios. No puedo más. Veo una cruz o un nazareno y me da fatiga. O sea, con respeto, evidentemente. Escucho una banda y me da jaqueca. Pero porque no hemos parado, desde el jueves anterior a Semana Santa», ha añadido.
Aunque ha dejado claro que estos días han sido muy intensos, también ha ensalzado la felicidad que siente al haber vivido esta experiencia junto a Alma: «Pero bueno, me quedo con lo bueno, con los momentos tan bonitos que hemos vivido… Con mi niña que ha visto a su papá, pero ya no puedo más. Yo creo que aquí está mi cuerpo, pero mi espíritu está en la cama. Escucho marchas por todos lados…», ha manifestado visiblemente cansada.
