Publicado: junio 27, 2025, 5:13 pm

Corea del Sur ha sufrido un grave incidente en el metro de Seúl. Un hombre de 67 años, identificado por las autoridades como Won, desató el caos el pasado 31 de mayo al prender fuego dentro de un vagón de la Línea 5 antes de escapar por un túnel bajo el río Han, entre las estaciones Yeouinaru y Mapo.
El tren transportaba a 160 pasajeros cuando el agresor, equipado con un encendedor tipo soplete y 3,6 litros de nafta, desató el incendio, según trascendió este jueves. Las cámaras de seguridad captaron el momento en que arrojó el combustible al vagón y lo encendió, generando una situación de pánico. Al menos, 22 personas han sido hospitalizadas por quemaduras, entre ellas una mujer embarazada que cayó sobre el combustible, y otras 129 recibieron atención por inhalación de humo o crisis nerviosas.
Según la Fiscalía del Distrito Sur de Seúl, el ataque fue premeditado. Won planificó la acción durante al menos diez días: compró la nafta haciéndose pasar por un motociclista, pagó en efectivo para evitar rastros, y usó un casco para evitar ser identificado por cámaras. La noche anterior al atentado, recorrió estaciones clave como Gangnam y Samseong buscando el lugar que maximizara el daño. Eligió actuar en un túnel, donde la posibilidad de escapar era mínima.
Durante el juicio, el acusado confesó haber querido quitarse la vida, pero también reconoció que deseaba «convertirse en objeto de atención social». La motivación principal, según la fiscalía, fue la frustración tras perder una apelación en su juicio de divorcio, lo que interpretó como una humillación personal. Aunque peritos descartaron trastornos psicóticos, identificaron rasgos de pensamiento rígido, egocentrismo y delirios de persecución.
Las autoridades lo acusan de intento de asesinato múltiple, incendio intencional y violación de la Ley de Seguridad Ferroviaria. Podría enfrentar la pena máxima del sistema penal surcoreano.
La tragedia no fue mayor gracias a las mejoras implementadas tras el incendio del metro de Daegu en 2003, donde murieron 192 personas. Desde entonces, los vagones están fabricados con materiales ignífugos, lo que evitó una propagación más rápida del fuego.
El caso generó una ola de indignación pública. En redes sociales y medios, ciudadanos criticaron la falta de controles para el ingreso de materiales peligrosos y cuestionaron por qué nadie detectó a tiempo el perfil potencialmente peligroso del atacante. Organizaciones civiles pidieron revisar los protocolos para identificar personas en crisis emocional con antecedentes legales.