Publicado: diciembre 11, 2024, 5:20 am
Este martes ha debido ser una montaña rusa para Kimberly Guilfoyle, la prometida de Donald Trump Jr., el primogénito del homónimo presidente-electo de EE.UU. Por la mañana, Guilfoyle, de 55 años, se desayunó las fotos de su supuesto futuro marido con otra. Las publicó el ‘Daily Mail’ y eran la confirmación del naufragio de la pareja. Trump Jr. aparecía de la mano de la mano de Bettina Anderson, una modelo y ‘socialité’ de Florida 17 años más joven que ella. Unas horas más tarde, se conocía que Guilfoyle quizá no sería, después de todo, una integrante de la familia Trump, pero sí de su Gobierno: es su elegida para embajadora en Grecia.
A Guilfoyle no se le conoce una relación especial con el país heleno, más allá del vago estilo mediterráneo de la mansión que se compró con Don Jr. en 2021 en Jupiter (Florida) muy cerca de Mar-a-Lago, la residencia y club privado de Trump padre. Kimberly y Don Jr. se comprometieron en la Nochevieja de 2020, el día en que él cumplió 43 años. Pero desde entonces han pasado casi cuatro años, muchos fines de semana perfectos para una boda al borde del mar en Florida y no ha habido anillo. El vástago del presidente-electo ya había estado casado antes, con Vanessa Haydon, con la que tuvo cinco hijos.
Quizá una ruptura de pareja -otra más- en el clan Trump no era lo más deseable en medio de la campaña presidencial, que acabó siendo triunfal, del candidato republicano. Tanto el hijo del presidente-electo como su hasta ahora prometida -de momento, no hay ruptura oficial- son figuras de peso en el círculo político de Trump. Don Jr. ha ganado influencia respecto a anteriores campañas, como se vio cuando el elegido para candidato a vicepresidente fue su apadrinado, J.D. Vance. Y Guilfoyle, con una experiencia política que viene de lejos, fue la responsable de recaudar fondos en la campaña presidencial de 2020.
Con el primogénito de Trump desde 2018
Guilfoyle no es alguien que deba su fama y su carrera a los Trump. Cuando Don Jr. todavía estaba en la universidad, ella ya era pareja de Gavin Newsom, entonces un político local de San Franciso, ahora gobernador de San Francisco y mañana, sin duda, aspirante del Partido Demócrata a la presidencia. Su matrimonio duró entre 2001 y 2006 y Guilfoyle tuvo un divorcio más -con Eriv Villency, un magnate del interiorismo- antes de encontrar al primogénito de Trump en 2018, en medio de las turbulencias de aquel primer mandato.
Guilfoyle, que había empezado su carrera como fiscal en San Francisco, era ya para entonces una figura consolidada como presentadora televisiva en los platós de Fox News, convertida en una defensora acérrima de Trump. Incluso sonó para ser la jefa de Prensa del entonces presidente.
Tras la derrota en 2020, Guifoyle ha vuelto a tener protagonismo en la última campaña. Fue invitada de nuevo, como ocurrió en 2020, a dar un discurso en la Convención del Partido Republicano del pasado julio en Milwaukee (Wisconsin). Allí se le vio sentada junto a su prometido, en el palco de honor, con el resto de la familia Trump y los invitados especiales.
Una fila más arriba estaba alguien en quien nadie reparó entonces: la propia Bettina Anderson, con un vestido rojo republicano espectacular. Casi nadie la conocía, más allá de los círculos privilegiados de la costa sur de Florida. Dos meses más tarde, sin embargo, tabloides como ‘Page Six’ y el propio ‘Daily Mail’ empezaban a circular rumores sobre la crisis entre Guilfoyle y Trump Jr. y la presencia de Anderson en el triángulo amoroso. El miembro del clan Trump había sido cazado almorzando con su presunta amante. Esas informaciones aseguraban que se habían besado.
Los rumores se prolongaron todo el otoño, entre mítines y encuestas, y pese a los desmentidos de crisis continuos del entorno de Guilfoyle. Y ya eran un secreto a voces en West Palm Beach, la localidad de residencia de los Trump y también de Anderson, cuando esta última compartió una ‘story’ en Instagram el pasado fin de semana sobre la celebración de su reciente cumpleaños. Entre otras imágenes, estaba la de un ramo de flores con la nota de un admirador: «Muchos han dicho que estás envejeciendo, pero yo creo que eres perfecta». En tamaño microscópico, en el mensaje estaba el nombre de la cuenta de Donald Trump Jr.
La puntilla han sido las fotos publicadas el martes por la mañana. Las cámaras capturaron a Trump Jr. y Anderson saliendo de cenar la noche anterior de un restaurante, agarrados de la mano.
Juntos en la celebración de Trump en Florida
Mientras tanto, han pasado semanas desde la última imagen juntos de Guilfoyle y Trump Jr. Este periódico les vio juntos en la madrugada del 5 de noviembre sobre el escenario del centro de convenciones de West Palm Beach en el que toda la familia Trump acompañó al patriarca a celebrar su victoria electoral. Pero Guilfoyle se perdió la posterior foto familiar, en la que sí estuvo Vanessa, la ex de Don Jr.
Lo curioso de la elección de Guilfoyle para embajadora en Grecia no es que Trump opte por alguien sin ninguna experiencia de Gobierno o en diplomacia, por alguien de su círculo familiar, por la pareja -o ya expareja- de su hijo. Por ejemplo, acaba de nombrar a dos de sus consuegros para puestos de mucho peso diplomático: Charles Kushner, suegro de su hija Ivanka, será embajador en Francia; y Massad Boulos, suegro de su hija Tiffany, asesor senior para Oriente Medio.
Lo sorprendente es que el anuncio haya sido pocas horas después de la publicación de las fotos de Trump Jr. y Anderson. Como si el nombramiento sirviera para consolar a Guilfoyle.
«Durante muchos años, Kimberly ha sido una amiga cercana y una aliada», dijo Trump en el anuncio del nombramiento. «Tiene una amplia experiencia en derecho, medios y política, además de una gran inteligencia que la hace supremamente cualificada para representar a EE.UU. y salvaguardar sus intereses».
«Estoy muy orgulloso de Kimberly», reaccionó Trump Jr. en redes sociales sobre Guilfoyle. «Ama a EE.UU. y siempre quiso ser embajadora». No ofreció ninguna pista sobre si acompañará o no a su todavía prometida a su destino en Atenas.
