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Trump admite que la guerra comercial puede provocar «algo de dolor», pero EE.UU. ya no será el «país estúpido»

Publicado: febrero 2, 2025, 5:28 pm

Donald Trump está decidido a mantener la mano dura en política exterior a través de aranceles, incluidos a países vecinos y aliados, como Canadá y México. Este domingo, un día después de que firmara órdenes ejecutivas con aranceles del 25% a las importaciones de ambos países -y un 10% a las de China, Trump acudió a su foro favorito para defender las medidas y advertir de que no habrá marcha atrás.

«Vamos a dejar de ser el ‘país estúpido’», proclamó en una diatriba en su red social, Truth Social, llena de letras mayúsculas. Allí defendió, como ha hecho siempre, que países como Canadá, México y China llevan «décadas timando a EE.UU.» en asuntos como «comercio, crimen y drogas venenosas que permiten que lleguen a EE.UU. ¡Esos días se han acabado!».

Los aranceles han sido cuestionados por muchos en EE.UU., por la dinámica de relación que sienta con países aliados y por el impacto que puede tener en la propia economía de la primera potencia mundial. Trump defendió que las críticas vienen del ‘lobby de los aranceles’ y mencionó de forma específica al «globalista, y siempre equivocado, ‘The Wall Street Journal’», en referencia al principal diario financiero de EE.UU., con gran ascendencia en la América corporativa y conservadora. En la víspera, el diario publicó un editorial destructivo con los aranceles aprobados por Trump. Su título era ‘La guerra comercial más estúpida de la historia’ y advertía de los problemas que puede implicar para EE.UU. los aranceles, que puede traer mayor inflación -después de un periodo de precios desbocados con Joe Biden, que solo se corrigió al final de su mandado- y un impacto en sectores industriales, como la automoción, intrincados en las tres economías de Norteamérica.

Ansias expansionistas

Trump cuestionó por qué EE.UU. tiene que «subsidiar» con «billones de dólares» a otros países (una referencia al déficit comercial que soporta con sus vecinos, aunque en cantidades mucho inferiores) y defendió que lo que tienen que hacer las compañías es «fabricar sus productos en EE.UU. y no tendrán aranceles».

El presidente de EE.UU. reconoció que la guerra comercial con los vecinos y con China -con sus socios comerciales ya imponiendo otros aranceles en respuesta- causará «algo de dolor», pero que «el precio que hay pagar lo valdrá» y que el país, con él al volante, está siendo gestionado «con sentido común».

Trump aprovechó el mismo foro y la guerra comercial con Canadá para recuperar sus ansias expansionistas hacia el vecino del norte. «No necesitamos nada de lo que ellos tienen», dijo sobre las importaciones que reciben de Canadá, que ahora estarán sujetas a un arancel del 25%. «Tenemos energía ilimitada, deberíamos hacer nuestros propios coches y tenemos más madera de la que podríamos usar», dijo.

«Sin este subsidio masivo», añadió en referencia a la balanza comercial negativa, «Canadá deja de existir como país viable. ¡Es duro pero es verdad! Por eso, Canadá debería convertirse en nuestro querido estado 51º. Muchos menos impuestos, mucha mejor protección militar para la gente de Canadá, ¡y sin aranceles!».

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