El Tribunal de Casación de Francia ha confirmado la sentencia contra el expresidente francés Nicolas Sarkozy de un año de prisión y otro año con una pulsera electrónica de vigilancia, después de hacer definitiva la condena tras la apelación en 2023 a la condena en primera instancia de 2021, que le condenaba a tres años de cárcel por corrupción y tráfico de influencias.
Así, el más alto tribunal francés ha confirmado este miércoles la pena para el expresidente, que después de dejar el cargo en 2012, fue condenado por intentar sobornar a un juez y por tráfico de influencias a cambio de información confidencial tras una investigación sobre la financiación de su campaña en 2007.
Además, se espera que Sarkozy sea juzgado el próximo año por corrupción y financiación ilegal de Libia en su exitosa campaña presidencial de ese mismo año, por lo que el anterior mandatario del país galo se enfrentaría a una pena de hasta 10 años de cárcel si es considerado culpable. Sobre esto, el expresidente niega haber cometido delito alguno.
En la sentencia, el tribunal consideró culpable a Sarkozy de conspirar para conseguirle un trabajo en Mónaco a un juez a cambio de información privilegiada sobre las acusaciones de que el expresidente había aceptado pago ilegales de la heredera de L’Oreal, Liliane Bettencourt. El juez, Gilbert Azibert, también fue condenado por corrupción y tráfico de influencias.
Sarkozy se une así a su predecesor Jacques Chirac, anterior mandatario conservador como únicos presidentes de la historia moderna de Francia que han sido condenados por un tribunal. Chirac, por su parte, fue condenado en 2011 por corrupción, cuatro años después de dejar el cargo.