Publicado: octubre 30, 2025, 4:24 pm

Rob Jetten está cambiando la forma de hacer política en los Países Bajos. Abiertamente gay, europeísta y defensor del diálogo, este político de 38 años ha logrado situarse como la gran alternativa al auge de la extrema derecha. Su partido, Demócratas 66 (D66), ha … empatado en votos con el movimiento de Geert Wilders, conocido por su discurso antiinmigración y euroescéptico.
Lejos de la confrontación, Jetten ha construido su liderazgo sobre un mensaje de esperanza para Países Bajos. Habla de cooperación en lugar de enfrentamiento, de una política «positiva y humana» que busque unir a un país cada vez más dividido. Para muchos neerlandeses, representa una bocanada de aire fresco tras años de gobiernos marcados por la tensión.
Un político joven con experiencia en el Gobierno de Mark Rutte
Nacido en 1987 en una familia de clase media de Brabante del Norte (Países Bajos), Jetten estudió Administración Pública y empezó su carrera en la empresa ferroviaria pública ProRail. Poco después dio el salto a la política local como concejal en Nimega (Países Bajos).
En 2017 fue elegido diputado nacional y apenas un año después se convirtió en el líder parlamentario más joven de su partido. Su paso por el Gobierno de Mark Rutte, entre 2022 y 2024, lo consolidó como una figura nacional: fue ministro de Clima y Energía, impulsando proyectos para reducir emisiones, promover la energía verde y hacer del país un referente en sostenibilidad.
En sus primeros años en política, algunos lo veían como un técnico frío, más preocupado por los datos que por la emoción. Pero según relatan sus votantes, esa imagen ha cambiado por completo. Hoy, Jetten es un líder carismático que habla con pasión sobre el futuro de los Países Bajos. Su lema es: «Sí se puede construir un país más justo y sostenible.»
Durante la noche electoral de Países Bajos que se celebró el pasado 29 de octubre, el político se mostró emocionado ante sus seguidores, celebró el sorpresivo resultado de D66: «Millones de neerlandeses han dicho no al miedo y sí a la esperanza».
Lucha contra la homofobia y el populismo
Jetten no oculta quién es ni lo que representa. Vive en Utrecht (Países bajos) con su pareja, el jugador argentino de hockey Nicolás Keenan, y ha hablado abiertamente sobre la importancia de la representación LGTBI en la vida pública. También es un apasionado del deporte: corre maratones, practica triatlón y mantiene una rutina que, según él, «ayuda a mantener la mente clara en tiempos de tensión».
Entre sus políticas evita los ataques personales y prefiere hablar de propuestas: vivienda accesible, energía limpia, educación de calidad y una política migratoria «ordenada pero humana».
Mientras el líder de la oposición de extrema derecha, Geert Wilders promete cerrar fronteras y confrontar a la Unión Europea, Jetten defiende una visión opuesta: un país abierto, verde y solidario.
Si logra formar Gobierno, podría convertirse en el primer ministro más joven de la historia reciente de los Países Bajos y el primero abiertamente gay. Pero más allá de los símbolos, Jetten representa algo más profundo: la idea de que la política puede volver a ser un lugar de encuentro, no de división.
 
			
 
  
  
		 
		 
		 
		 
		 
		 
		