J. D. Vance pertenece al ala más conservadora del Partido Republicano, y antes de dedicarse a la polÃtica sirvió en el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos. Senador por Ohio ha sido una estrella ascendente dentro del partido. Alcanzó la fama con su libro de memorias »Hillbilly Elegy’ que retrata al Medio Oeste blanco empobrecido. Y su escrito fue adaptado al cine y protagonizado por Amy Adams. Es el relato de su infancia y juventud marcadas por los abusos y la adicción de su madre por las drogas. Al tiempo que constituye un alegato de la América profunda, rural y post industrial, que fue una importante fuerza de impulso en las primeras elecciones de Trump de 2016.
El adalid del estadounidense olvidado
Lleva por bandera ser el defensor de esos estadounidenses olvidados que ha sido abandonados por la élite, en concreto, los trabajadores y granjeros de zonas como Pensilvania, Michigan, Wisconsin u Ohio. No en vano, ‘Joe el Normal’, es un mensaje que le ha funcionado en la polÃtica y le llevó a ser el elegido por Trump. Y eso pese a que en el pasado, Vance se referÃa a Trump como «un imbécil cÃnico o el Hitler de América».
Un giro que también está relacionado con su estrecha vinculación con Donald Trump Jr. Y durante la campaña del magnate fue dejando su seña de identidad populista: «Muchos polÃticos están perdidos… Traicionan a sus votantes, traicionan a su paÃs y, también, se traicionan a sà mismos. Es una industria de promesas rotas y de prácticas corruptas. Pero nunca bajaré a ese nivel. Mis raÃces, mi familia, el pueblo en el que nacÃ, eso es lo que me trajo hasta aquÃ. Lo bueno y lo malo».
De servir en Irak a su búsqueda interior
Nació en Middletown, Ohio, en 1984, y su nombre es James David Bowman. Lo criaron sus abuelos maternos. Pese a pertenecer a una familia evangélica no practicante, en su juventud se consideraba un ateo hoy convertido al catolicismo. Llegó a servir en Irak y fue a la Universidad Estatal de Ohio, donde se tituló en Ciencias PolÃticas y FilosofÃa.
Posteriormente, estudió derecho en Yale con una beca. Allà empezó su búsqueda interior, según cuenta en la revista católica ‘The Lamp’. Y la lectura de las obras de San AgustÃn lo guiaron en su camino. «Después de haber comprado durante toda mi vida la mentira de que tienes que ser estúpido para ser cristiano, San AgustÃn me demostró de un modo conmovedor que eso no era verdad». Vance terminarÃa siendo un inversor en capital de riesgo que trabajarÃa en Silicon Valley.
Yale fue también es el lugar en el que conoció a su esposa, Usha Vance, en 2010. Una hija de inmigrantes indios, nacida en California que llegó a ser la secretaria del presidente de la Corte Suprema, el juez conservador John G. Roberts Jr. Con ella ha tenido tres hijos, dos varones, Ewan y Vivek, y una niña, Mirabel.
Vance en su recorrido vivencial se convirtió en un defensor acérrimo de la familia, y durante la campaña fue en blanco de numerosas crÃticas por ridiculizar a las «damas sin hijos amantes de los gatos» y por sus ideas en contra del aborto. Además, dijo que el Estado deberÃa empoderar a las familias con más número de hijos. Ahora se convertirá en el tercer vicepresidente más joven de la historia de EE.UU.