Los presidentes de Rusia y China, Vladimir Putin y Xi Jinping, respectivamente, han mantenido este martes una reunión telemática en la que han aprovechado para defender que sus relaciones son «autosuficientes», independientes de una «situación global» que previsiblemente vendrá marcada a corto y medio plazo por el retorno del magnate republicano Donald Trump a la Casa Blanca.
Ambos líderes han coincidido en que las relaciones entre Moscú y Pekín se basan en un «amplio» conjunto de intereses y en «la amistad, la confianza y el apoyo mutuos», según los extractos difundidos por el Kremlin y en los que no se alude de manera directa a ningún acontecimiento internacional.
Putin ha resaltado que, junto a Xi, aboga por un orden mundial «multipolar» y más «equitativo» y ha apuntado que China y Rusia desempeñan un papel «estabilizador» en este marco teórico, de cara a un 2025 en el que se conmemorarán los 80 años de la derrota de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
«No podemos permitir que la ideología del fascismo, el nazismo y el militarismo vuelva a asomar la cabeza«, ha advertido el mandatario ruso, que ha apelado a la «verdad histórica» y a la colaboración con países afines.
En materia económica, Putin ha resaltado que 2024 fue un año «fructífero», como lo demostraría el repunte del 7% en los intercambios comerciales. China es el principal socio comercial y también el principal consumidor de sus recursos energéticos rusos –según el Kremlin, Rusia es el principal suministrador a China de gas y de petróleo–.