Se retiran las fuerzas de ocupación y regresa la vida. Después de dos días de larga espera, los soldados israelíes abandonaron el corredor de Netzarim y cientos de miles de gazatíes iniciaron su retorno al norte de la Franja. Una enorme masa humana cruzó … a pie por un lugar que el Ejército israelí levantó para partir Gaza en dos y demostró que nadie quiere ser de nuevo refugiado. Los gazatíes que fueron expulsados de sus casas por Israel al comienzo de la guerra deseaban volver a su tierra sin perder un segundo, aunque lo que les espera es la devastación absoluta. Un mensaje directo para Donald Trump y su plan de enviar al máximo número posible de palestinos a Egipto y Jordania.
Durante meses Benjamin Netanyahu amenazó con impedir este retorno y tener a casi 2 millones de personas concentradas en el sur, viviendo en tiendas y con pocos servicios era una gran presión para Hamás. Los dirigentes ultranacionalistas planearon incluso levantar asentamientos en zonas arrasadas como Yabalia, Beit Hanoun o Beit Lahiya, pero ese plan deberá esperar porque los palestinos han regresado. Las imágenes de la interminable multitud regresando al norte fueron un golpe duro para el sector más radical de la política israelí, que considera lo sucedido de «derrota». Los cuerpos de seguridad de Hamás tomaron posiciones en el corredor y resto de zonas abandonadas por las fuerzas de ocupación y volvieron a demostrar que mantienen el control de la Franja.
Jonathan Crickx, jefe de comunicaciones de UNICEF en los territorios palestinos declaró al canal Al Yasira que «cuando vea cuántas personas se están desplazando hacia el norte pienso que será un gran desafío apoyarlos» ya que «faltan servicios básicos y el agua sigue siendo un bien escaso«. Crickx señaló que el Ejército israelí no ha dejado ninguna planta desalinizadora operativa en el norte.
Nunca más
Muchos de los recién llegados se quedan en la Ciudad de Gaza y se reencuentran con familiares y amigos. Sami Barud, de 29 años, llega con su hijo de un año en una mano y una bombona de gas en la otra. «Cuando me fui no imaginaba que iba a ser para tan largo tiempo, ha sido toda una lección y ya tengo claro que nunca más abandonaré mi casa, prefiero morir aquí que volver a pasar por lo que he pasado», asegura sobre los escombros de lo que era su vivienda.
Cerca de Barud se encuentra Mahmoud Jaber, de 37 años, quien declara a este medio que «yo odiaba a Hamás, pero después de lo que nos han hecho les apoyo a muerte y espero que mis cuatro hijos sean milicianos porque el enemigo sólo entiende el lenguaje de la fuerza. Nos han humillado mucho y solo la resistencia nos hace levantar la cabeza. Me siento cobarde por haberme ido al sur. Abandonar tu casa es la mayor vergüenza que uno puede sentir».
Manal Joma, de 35 años, pasa por la Ciudad de Gaza camino de Yabalia, más al norte, con la certeza de que su casa ya no existe porque así le han informado sus vecinos. Escapó al comienzo de la guerra con sus tres hijos y su marido se quedó, pero al poco tiempo falleció en un bombardeo. «Ir al sur fue el error más grande que jamás he cometido, nunca más me moveré de Yabalia, cuento los minutos para visitar la tumba de marido», señala esta joven madre viuda que camina por el barro con sus escasas pertenencias encima.
Modificación del acuerdo
Este movimiento masivo de población debía haberse producido el sábado, según el acuerdo alcanzado en Doha entre Hamás e Israel. El problema fue que los islamistas alteraron los términos del texto y liberaron a cuatro mujeres soldado cuando debían haber dado prioridad a las mujeres civiles cautivas. En respuesta a esta alteración del texto, Israel prolongó la presencia de tropas en Netzarim hasta que logró un nuevo pacto con Hamás por el que el jueves tres rehenes israelíes serán liberados en un intercambio que no estaba programado, entre ellos la joven civil Arbel Yehoud, de 29 años. Los otros dos serán la mujer soldado Agam Berger y un hombre del que no trascendió la identidad. Durante la noche, Israel también recibió la lista completa con todos los nombres de los cautivos que quedan por salir de Gaza en la primera fase del acuerdo y en esa lista hay ocho muertos.