Publicado: julio 25, 2025, 5:00 am
Con el avance de la edad, no es extraño observar en España cómo hay personas mayores a las que se les va encorvando la espalda, los hombros… hasta el punto de que ya no pueden mantener una postura erguida nunca. ¿Por qué sucede esto? ¿Tiene alguna solución? ¿Podemos evitarlo?
A este proceso más o menos ‘natural’ se le denomina hipercifosis degenerativa y consiste en un aumento excesivo de la convexidad en la curvatura de la columna torácica (‘joroba’) que avanza de forma progresiva. La realidad es que el 50 por ciento de los adultos en España la padecen de una manera más o menos evidente.
Estas son las posibles causas de hipercifosis (además de la edad)
Cuando comienzan a aparecer signos de esta deformidad en la espalda, una mala postura torácica puede corregirse con cierta facilidad. Sin embargo, cuando la espalda lleva años encorvándose, y la movilidad se ha ido reduciendo progresivamente, la ‘lesión’ se mantiene de forma permanente.
Entre las causas que podrían acelerar o agravar la hipercifosis está el desgaste de la columna vertebral y el hecho de padecer osteoporosis, puesto que este problema en los huesos va adelgazando su estructura, volviéndolos quebradizos y encorvando la espalda en muchos casos. Es por esta razón que las personas mayores ‘van menguando’ su estatura.
También haber padecido fracturas previas agrava la curvatura de la columna, que cursa con dolor, falta de movilidad y una menor calidad de vida. La curvatura puede sobrepasar el límite que se considera normal en función del proceso de envejecimiento (máximo 40 grados), y también podría estar provocado por una mala postura mantenida en el tiempo (sentados frente al ordenador muchas horas es factor de riesgo).
¿Qué podemos hacer para evitar o retrasar esta deformidad ósea?
Cuando sintamos que nuestra espalda ya no está tan recta como solía, sentimos dolores continuos o hemos perdido altura, conviene que consultemos con el médico por si hubiera una fractura vertebral que corregir. La curvatura se podrá corregir si la originó una mala postura o la debilidad muscular. Si el problema es la degeneración ósea no desaparecerá, aunque con tratamiento puede mejorar considerablemente.
Antes de llegar a ese extremo, los expertos recomiendan mantener unos huesos fuertes con una alimentación rica en calcio y vitamina D; la práctica de ejercicio adaptado a nuestras circunstancias para fortalecer la musculatura (al menos 150 minutos a la semana), y mantener conscientemente una postura recta.
Evitar el tabaco y limitar el consumo e alcohol para reducir los factores de riesgo que agravan la densidad ósea también son medidas imprescindibles. Cuando permanecemos sentados durante mucho tiempo, es clave prestar atención a las posturas que adoptamos, intentando mantener la cabeza alineada con los hombros y la espalda erguida.