Publicado: marzo 28, 2025, 4:42 pm
La base más septentrional del ejército de Estados Unidos, la base espacial de Pituffik, en Groenlandia, es un engranaje crucial de las defensas antimisiles de Washington que el vicepresidente estadounidense, JD Vance, visitará este viernes.
La visita de Vance ha puesto a la remota base ártica en el punto de mira, en un momento en que el presidente estadounidense, Donald Trump, mantiene un pulso con Dinamarca por su deseo público de anexionar Groenlandia al país escandinavo.
Situada a 1.524 kilómetros (950 millas) del Polo Norte, la base, denominada Base Aérea de Thule hasta 2023, comenzó siendo un puesto comercial fundado por el explorador groenlandés-danés Knud Rasmussen en 1910 junto a un glaciar.
Posteriormente, fue adquirida por el Estado danés a principios de la Segunda Guerra Mundial antes de convertirse en una estación meteorológica estadounidense en 1946.
Tras un acuerdo de defensa entre Estados Unidos y Dinamarca firmado el 27 de abril de 1951, se convirtió en base militar entre 1951 y 1953.
Groenlandia, que recibe un alquiler de la administración estadounidense, es parte de este acuerdo desde 2004.
La ampliación de la estación obligó a los habitantes de Pituffik, la comunidad local, a abandonar sus tierras para trasladarse a Qaanaaq, 140 kilómetros al norte.
Sus descendientes han recibido disculpas y reparaciones de Dinamarca, pero no se ha reconocido su derecho ancestral a las ricas zonas de caza y pesca.

Pituffik, la estratégica base espacial de Estados Unidos
La administración de Trump argumenta que Estados Unidos necesita una Groenlandia estratégica, una isla danesa con autogobierno, por razones de seguridad.
«Vance se refiere a la importancia de Groenlandia para la seguridad nacional estadounidense. Eso es cierto, ha sido así durante mucho tiempo», dijo a la AFP Marc Jacobsen, investigador del Real Colegio Danés de Defensa.
El objetivo de la base es «proteger a Estados Unidos contra las amenazas, especialmente de Rusia, ya que la distancia más corta de los misiles de Rusia hacia Estados Unidos pasa por el Polo Norte, por Groenlandia», según Jacobsen.
La base de Pituffik se utilizó como puesto de alerta ante posibles ataques de la Unión Soviética durante la Guerra Fría y sigue siendo una parte esencial de la infraestructura de defensa antimisiles de Estados Unidos.
Por su situación estratégica entre Norteamérica y Europa, la base sigue desempeñando un papel de vigilancia en el hemisferio norte.
En el punto álgido de la Guerra Fría, más de 10.000 personas, en su mayoría estadounidenses, estaban estacionadas en la base, así como aviones de combate y bombarderos que transportaban bombas atómicas.
En 1967, Dinamarca autorizó en secreto a Estados Unidos a emplazar armas nucleares en Groenlandia. Oficialmente, Copenhague se negó a aceptar armas nucleares en territorio danés. Pero el 21 de enero de 1968, un avión B-52 que transportaba cuatro bombas de hidrógeno se estrelló contra el hielo, revelando la doble política nuclear de Dinamarca.
Hoy, la base sólo alberga a unos 150 soldados estadounidenses, junto a daneses y groenlandeses. Pero no se trata tanto del número de hombres como de la calidad del equipamiento, según Jacobsen. «Allí hay radares muy importantes», dijo.
Los radares permiten detectar misiles
La base militar, que también cuenta con una estación de control de satélites, está operada por el 821º Grupo de Bases Espaciales y es la única base militar estadounidense en la isla ártica. Su pista de aterrizaje, de unos 3.000 metros de longitud, recibe más de 3.000 vuelos estadounidenses e internacionales al año.
La base también alberga el puerto de aguas profundas más septentrional del mundo. Según su página web, esto «proporciona una plataforma única para la formación ártica, la investigación científica internacional y los programas medioambientales».
Debido a su ubicación al norte del Círculo Polar Ártico, Pituffik vive en una oscuridad constante entre noviembre y febrero, mientras que el sol no se pone de mayo a agosto.