Publicado: marzo 7, 2025, 3:52 pm

El fiscal regional de Arica y Parinacota, Mario Carrera, advirtió este viernes que pese a las condenas por más de 500 años de cárcel que suman los miembros de «Los Gallegos», célula del Tren de Aragua, no se puede actuar bajo la premisa de haber desarticulado por completo a esta peligrosa banda criminal.
Según explicó el persecutor, los acusados y condenados siguen mandatando crímenes desde prisión, entre ellos el ocurrido en diciembre del año, pasado cuando se frustró la instalación de un autobomba tanto en la cárcel como en el Tribunal de Arica.
«El Tren de Aragua, desgraciadamente, es una organización fuerte, y nosotros debemos actuar bajo la suposición de que siguen operando. Que estén privados de libertad actualmente no significa que hayan dejado de actuar, ya que, como hemos demostrado, pueden operar desde el interior de la cárcel», advirtió Carrera.
Frente a este contexto, la fiscalía regional de Arica tiene abiertas seis causas contra el Tren de Aragua y sus células, mientras que tanto el fiscal como su equipo continúan bajo medidas de protección, las cuales son evaluadas periódicamente por la Policía de Investigaciones (PDI).
Por el momento, dichas medidas permanecen vigentes, y el Estado, junto a la Fiscalía Nacional y la PDI, no las reducirán hasta tener absoluta certeza de que no existe ningún riesgo para el fiscal, su entorno o el resto de los funcionarios del Ministerio Público.
En tanto, Carrera valoró el trabajo de un agente encubierto de la PDI, quien logró infiltrarse dentro de esta organización criminal, permitiendo así comprender la metodología del clan «Los Gallegos» para instalarse en la Región de Arica.
Según se dio cuenta, la organización llegó a la ciudad para evaluar el terreno. Posteriormente, comenzaron a instalarse, y en una tercera etapa, iniciaron enfrentamientos con bandas rivales para apropiarse del territorio y controlar diversos negocios ilícitos.
Por otra parte, desde Gendarmería aún no informan los próximos pasos en este proceso, incluyendo el destino penitenciario de los condenados.