Mientras continúan los enfrentamientos en la estratégica ciudad de Goma entre el grupo rebelde M-23, apoyado por el Gobierno de Ruanda, y el Ejército de la República Democrática del Congo, miles de personas indefensas y vulnerables buscan refugio de forma desesperada en la frontera … entre ambos países, donde ya hay casi un millón de desplazados.
Los equipos de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el hospital de Kyeshero (Goma) están recibiendo heridos desde el saturado hospital de Ndosho. Natalia Torrent, responsable de operaciones de MSF en Kivu Norte, explica que los bombardeos, disparos y saqueos están causando pánico y desplazamientos de población buscando lugares más seguros.
«Siguen quedando reductos de las Fuerzas Armadas Congolesas y sus aliados y ayer hubo combates en distintos puntos de la ciudad.Se han producido algunos actos de pillaje, por ejemplo en los almacenes del Programa Mundial de Alimentos.No hay información clara de quién controla la ciudad«, cuenta en unos mensajes de voz enviados por MSF. «La comunicación por teléfono funciona, pero no hay acceso a internet. Los mercados no están funcionando, no hay energía eléctrica y la población lleva ya seis días encerrada, así que la situación se va complicando por momentos», describe Torrent.
Estos días se ha extendido el conflicto hasta Kinshasa, la capital de la República Democrática del Congo, donde se han producido graves disturbios en las embajadas de Francia, Ruanda, Bélgica, y Estados Unidos. La primera ha sido asaltada y quemada por manifestantes congoleños en protesta por el agravamiento del conflicto en el este del país.
Ruanda y su presidente, Paul Kagame, han sido históricamente apoyados y financiados por países y comunidades como Estados Unidos, la Unión Europea y Reino Unido. También se ha criticado la falta de claridad de Francia en este conflicto, teniendo siempre una postura «camaleónica» y sin terminar de querer terminar con esta guerra.
Sin embargo, los analistas internacionales consideran que la reciente llegada al poder del republicano Donald Trump podría dar un giro a la situación actual. Un analista ruandés -que prefiere mantener el anonimato- comenta que «tradicionalmente ha sido el Partido Demócrata el que ha mirado para otro lado o ha apoyado explícitamente al régimen de Kagame. Ahora, con Trump, toda esta crítica situación puede sufrir un cambio trascendental».
Apoyo de Ruanda
De lo que ya no hay ninguna duda -pese a negarlo Kagame- es de que el M-23 está promovido y apoyado por el Gobierno ruandés desde sus inicios. Un informe reciente del grupo de expertos sobre la R.D. del Congo afirma que «el M-23 no es más que un tentáculo de las Fuerzas de Defensa de Ruanda (FDR) con una estructura de mando en la que el jefe militar del M-23 obedecería órdenes directas del Ejército y los servicios de inteligencia ruandeses», según recoge @CongoActual.
Se calcula que en la actualidad operan en el este del Congo y la frontera entre unos 3.000 y 4.000 soldados ruandeses.
«Económicamente hablando, la mejor conquista del M-23 – y quizá uno de los grandes objetivos de esta guerra- ha sido la zona minera de Rubaya, una de las más ricas del mundo en coltán, caserita y con depósitos de manganeso», explica Julián Gómez-Cambronero, autor del libro «¿A quién le importa el Congo?».
El M-23 sobrevive hoy gracias al apoyo de las citadas potencias internacionales, al Ejército ruandés y su amplia capacidad de reclutamiento -incluidos menores de edad- y formación en el propio suelo congoleño.
Los expertos de la ONU señalan amplias conexiones y asociaciones del M-23 con otros grupos armados en diferentes partes de la R.D. del Congo.
El año pasado, en un intento de pacificación en la rica región de los Grandes Lagos, la embajadora estadounidense, Lacy Tamlin, visitó Goma y aseguró que «hemos detenido la asistencia militar a Ruanda, no les proporcionaremos armas ni equipos». Sin embargo, diferentes voces congoleñas la acusaron de mentir por estar asistiendo militarmente a Ruanda a través de su socio en la OTAN, Polonia.
China, al margen del conflicto
China, por el momento, se mantiene al margen del conflicto, pero hoy es un aliado estratégico del Congo en la construcción de infraestructuras, las explotaciones mineras, etc.
Según los datos de comercio del Observatorio Económico, en 2022 -últimos datos disponibles- las principales exportaciones de Congo hacia China fueron cobre refinado, por 6.720 millones de dólares; cobalto, por 5.740 millones, y cobre crudo, por 1.370 millones de dólares. No hay que olvidar que el país africano es hoy el principal productor mundial de cobalto, un componente fundamental para las baterías de los coches eléctricos. De esta forma se entiende mejor el interés en el Congo por parte de las grandes potencias internacionales.
Se da la circunstancia de que el Gobierno congoleño ha manifestado su interés en diversificar sus socios comerciales, lo cual amenaza el dominio del país asiático sobre los recursos de la república africana. Ante esta nueva situación, grandes potencias como la India podrían ampliar su presencia en territorio africano.
Ahora habrá que esperar para ver si la comunidad internacional actúa y logra un alto el fuego que sea el inicio del fin del conflicto, estableciendo una zona de seguridad para los miles de desplazados.