Publicado: junio 2, 2025, 11:51 am

Según la Comisión Electoral Nacional polaca, Karol Nawrocki ha sido el ganador de la segunda vuelta de las presidenciales polacas por solamente 370.000 votos de diferencia. Su primera reacción, tras confirmar el resultado y ante un país completamente polarizado, ha sido tirar de … una cita bíblica del segundo libro de Crónicas. «Si mi pueblo, sobre el cual ha sido invocado mi nombre, se humilla, y ruega y busca mi nombre y se aparta de sus malos caminos, los perdonaré y salvaré a su país», ha dicho.
También ha avanzado su principal objetivo en la Presidencia. «No permitiremos el poder de Donald Tusk y el monopolio del poder malvado, el poder al que no le importan las finanzas públicas, el poder que nos quita nuestros grandes sueños y nuestras aspiraciones». Estas palabras bien pueden interpretarse como una declaración de guerra al gobierno liberal y europeísta de Donald Tusk.
En sus primeras declaraciones ha dedicado también su agradecimiento a Jarosław Kaczyński, al que se sigue refiriendo como «presidente», el hombre del poder en la sombra del partido Ley y Justicia (PiS). «Si el presidente Jarosław Kaczyński y toda la dirección de Ley y Justicia no hubieran mostrado tanto coraje y no hubieran demostrado que el partido es importante, pero que Polonia es más importante, entonces el sueño del comité de ciudadanos seguiría siendo un sueño», le ha rendido homenaje.
Se refería a que su candidatura fue decidida por el Comité de Ciudadanos y después respaldada por el gemelo vivo de los Kaczyński. Sobre esa plataforma, ha ascendido a la Presidencia de Polonia un personaje conservador, nacionalista, con aires de predicador y que ha tocado anteriormente muchos palos. No solo es historiador, presidente del Instituto de la Memoria Nacional, sino también exboxeador, activista social y gestor de recursos humanos. Ha recibido el apoyo de varios mafiosos polacos y durante la campaña ha sido acusado de participar en peleas de ‘hooligans’ y de proporcionar prostitutas a los huéspedes del Grand Hotel de Sopot, cuando trabajó allí como guardia de seguridad. El asunto está en los tribunales.
A sus 42 años, Karol Nawrocki ha desplegado durante la campaña una actividad derrochadora, ha visitado más de 300 distritos promocionando su programa, que consta de 21 puntos y se basa en tres pilares: el bienestar de los ciudadanos, un estado normal y seguro, y el desarrollo. Sus propuestas incluyen una reducción del IVA del 23 al 22 por ciento, un 0 por ciento de IRPF para las familias con dos o más hijos, una «indexación justa de las pensiones» y el aumento del segundo umbral impositivo a 140.000 zlotys, cerca de los 33.000 euros.
Ha prometido presidir Polonia en nombre de «todos aquellos que viven con precios altos, que no tienen ninguna posibilidad de un juicio justo, que viven en una democracia que gruñe a todos los que piensan diferente y quieren hacer lo contrario». «Polonia primero, los polacos primero» ha sido su principal lema de campaña, y ha reiterado su intención de unificar el país, altamente dividido. «El presidente del Estado polaco debe asegurarse de que haya una Polonia y de que se desarrolle de forma sostenible«, repitió durante uno de sus últimos mítines en Wałbrzych.
Su discurso se caracteriza por un firme rechazo a los peligros que se derivan, en su opinión, del pacto climático y migratorio de la UE, de manera que cree que Polonia debe luchar por la soberanía y la fuerza. Había anunciado que, cuando fuera elegido presidente, convocaría un referéndum sobre el Pacto Verde y que haría todo lo posible para terminar unilateralmente el pacto migratorio y por «no dejar entrar a quienes nos amenazan». También aseguró que haría todo lo posible para coordinar personalmente el proceso de construcción y rearme del Ejército polaco. Quiere un aumento en el gasto de Defensa hasta alcanzar el 5 por ciento del PIB y un aumento en el número de reservistas hasta alcanzar el millón de efectivos en 10 años. Ha prometido también elevar el número de soldados del Ejército polaco hasta los 300.000.
También ha adelantado que, tras su elección como presidente, propondrá «un sistema mixto de elección para el Consejo Nacional de la Judicatura». Dará tiempo a los políticos y al Gobierno hasta febrero de 2026 y, si el sistema mixto de elección no entra en vigor, en febrero de 2026 «los ciudadanos del Estado polaco decidirán en un referéndum constitucional cómo debe ser el sistema judicial polaco». Y también exigirá a Alemania reparaciones por los casi 6 millones de polacos asesinados por el III Reich.
En mayo se reunió en Washington con el presidente Donald Trump y varios representantes de su Administración, de los que obtuvo apoyo abierto. «No podemos insultar a Estados Unidos, como hace Donald Tusk, al hombre más poderoso del mundo, solo porque no está de acuerdo con él», ha reprochado. Promete ocuparse de las relaciones de Polonia con Estados Unidos y de que Polonia tenga una «voz fuerte» en la UE. «Queremos estar en la UE, pero queremos decir que Polonia está aquí y que la UE debe respetar nuestra patria», resume su posición.