Publicado: agosto 27, 2025, 6:09 pm

La aparición conjunta a Moldavia de los jefes de gobierno de Alemania, Friedrich Merz; Francia, Emmanuel Macron; y Polonia, Donald Tusk es más que una simple visita diplomática de cortesía. El país, que limita con Ucrania, se ha sentido enormemente amenazado … por Putin en los últimos años y los tres líderes europeos han acudido a Chisnau en coincidencia con el aniversario de la declaración de independencia por la que Moldavia cortó los lazos con Rusia, el 27 de agosto de 1991. Ese día, el Parlamento moldavo proclamó la independencia del país tras el fallido golpe de Estado en Moscú que aceleró la desintegración del bloque soviético.
«Los tres jefes de Estado y de Gobierno quieren expresar su pleno apoyo a la seguridad, la soberanía y al camino europeo de Moldavia durante la visita», ha difundido la oficina presidencial francesa. «Alemania y el gobierno del canciller Merz apoyan a Moldavia en su camino hacia la Unión Europea», ha informado el portavoz adjunto del gobierno alemán, Steffen Meyer, que ha insistido en que «el país tiene un lugar en una Europa libre y democrática y su adhesión también es en nuestro propio interés de política de seguridad».
Los representantes del denominado Triángulo de Weimar han sido recibidos por la presidenta moldava, Maia Sandu, que trabaja en la aceleración de las negociaciones para la adhesión de Moldavia a la UE. Marta Kos, comisaria de Ampliación y Política Europea de Vecindad, ha mencionado recientemente 2029 como el año de la adhesión. Eso sería solo siete años después de la solicitud de membresía presentada en 2022. La visita conjunta se produce además en un momento crítico para Moldavia.
El 28 de septiembre será elegido un nuevo parlamento y Sandu ya ha advertido sobre la interferencia masiva de Rusia en estas elecciones. El año pasado, tanto en las elecciones presidenciales como en el referéndum sobre el anclaje de la adhesión a la UE en la Constitución ganó el bando proeuropeo, pero sólo por un estrecho margen. Desde entonces, Rusia ha intensificado su «guerra híbrida y propagandística« a favor de partidos y políticos prorrusos. Con su histórica visita, Merz, Macron y Tusk envían a Moscú una señal clara: Moldavia no está sola frente a la amenaza rusa.
Los tres han expresado su apoyo a la candidatura de Moldavia a la UE, han criticado las «mentiras» y los «ataques híbridos» de Rusia y han recordado que «las puertas de la UE están abiertas» para Moldavia. «La propaganda del Kremlin nos dice que los europeos quieren prolongar la guerra y que la Unión Europea oprime a los pueblos. Son mentiras. A diferencia de Rusia, la Unión Europea no amenaza a nadie y respeta la soberanía de todos», ha declarado Macron.
Merz ha puesto el acento en la esperanza de que el proceso de adhesión sea exitoso y ha señalado que Alemania «hará todo lo posible para abrir el primer capítulo de las negociaciones en otoño». «A las puertas de las elecciones parlamentarias, no pasa un solo día sin que se produzcan ataques híbridos rusos a gran escala», se ha quejado, lo que a su juicio es la clara evidencia de que la «democracia de Moldavia está en el punto de mira» de Moscú.
Sandu, por su parte, ha elogiado la visita y ha asegurado que «no hay alternativa a Europa» para Moldavia. «Nuestra independencia, nuestra soberanía y nuestra paz se ven más amenazadas que nunca. (…) Su presencia aquí —Francia, Alemania, Polonia— demuestra no solo su apoyo a Moldavia, sino que el proyecto europeo está vivo y que nosotros formamos parte de él», ha celebrado. Sandu ha acusado nuevamente a Rusia de intentar desestabilizar este país, de 2,6 millones de habitantes y situado entre Ucrania y Rumania, miembro de la UE y la OTAN. «Queremos hacer nuestro propio camino, dentro de Europa, pero Rusia no quiere permitirlo», ha dicho.
Durante décadas, el Kremlin ha utilizado las entregas de gas ruso y las prohibiciones arbitrarias de importar productos agrícolas moldavos como palanca para imponer políticas prorrusas en Moldavia. En los últimos años, contrarrestado por las relaciones comerciales moldavas con la UE, ha intensificado su guerra híbrida y propagandística a través de partidos y políticos prorrusos como Ilan Shor, que desde el exilio alienta protestas antigubernamentales y promueve la anexión rusa.