Margot Friedländer, la memoria del Holocausto desde la reconciliación - Chile
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


Margot Friedländer, la memoria del Holocausto desde la reconciliación

Publicado: mayo 15, 2025, 11:42 am

Fue la única de toda su familia que sobrevivió al Holocausto. Cuando la Gestapo detuvo a su hermano pequeño, su madre se entregó, creyendo que podría cuidar de él en Auschwitz. En su precipitada salida de casa, el 20 de enero de 1943, dejó para Margot, con una vecina, una libreta de direcciones, su collar de ámbar y un mensaje: «intenta hacer tu vida». Ese sería mucho después el título de su autobiografía, un amargo relato de incontables vejaciones y penalidades hasta su boda con Adolf, también superviviente de Theresienstadt.

El enlace se celebró en el barco en el que se marcharon a Nueva York, en 1946. Allí trató de cumplir esa última voluntad de su madre, ganándose la vida con el patronaje y la costura que había aprendido en Berlín. Debido a los abusos en el campo de concentración nazi, Margot nunca pudo tener hijos. Tras la muerte de su marido, en 1997, dedicó sus días a dar testimonio y eso la llevó a volver a su ciudad natal, en la que decidió quedarse. Y en esa última decisión marcó una seña de identidad en su forma de plantear la imprescindible memoria, desde la voluntad de la reconciliación.

En Berlín, ciudad a la que llegó ya como una viejecita aparentemente frágil, Margot Friedländer ha recibido en las últimas décadas muestras de contrición, reconocimiento y cariño incalculables. Ella llamó a esta etapa su «tercera vida», en la que tampoco faltaron obstáculos. El Festival Internacional de Cine de Berlín, por ejemplo, se negó a proyectar su película. Y el primer editor al que propuso traducir su libro al alemán le respondió que «ya hay suficiente literatura sobre el Holocausto» y le propuso que probase a escribir alguna novela. Margot entendía perfectamente la actitud profunda de la que nacían estos rechazos, pero jamás pronunció un reproche ni negó a nadie su sonrisa.

A su funeral este jueves, en el cementerio judío de Weißensee, han asistido desde el presidente de Alemania, Frank-Walter Steinmeier y el canciller Friedrich Merz, pasando por Angela Merkel y la presidenta del Bundestag Julia Klöckner, hasta el alcalde de Berlín, Kai Wegner y representantes de la patronal y los sindicatos, el arte y la cultura. Con motivo del funeral, las banderas ondeaban a media asta en Berlín y todas las autoridades y edificios del estado han añadido banderas de luto. Además, y esto le hubiese dolido, con motivo del funeral se ha aplicado un alto nivel de seguridad y la policía acompaña el acto con unos 430 efectivos para garantizar «un marco digno y respetuoso, que al mismo tiempo garantice la seguridad de las personas de alto rango», según su portavoz.

La multiplicación de agresiones manifestaciones antisemitas desde el ataque de Hamás del 7 de octubre han devuelto a la comunidad judía a tiempos de incertidumbre y miedo en la capital alemana. El legado de Margot Friedländer «es una advertencia y una obligación para nosotros, especialmente en un momento en que la democracia está siendo desafiada y el antisemitismo vuelve a estar en exhibición descarada», ha declarado el presidente Steinmeier.

En muchos colegios berlineses, en los que se había hecho una habitual con sus testimonios y charlas con los alumnos, se ha seguido en directo su funeral. «Me enseñó a aceptar a todos tal como son. Ninguna religión, apariencia o estatus en la sociedad te convierte en una persona diferente. Todos somos seres humanos y debemos respetarnos unos a otros», recuerda Julie, de 15 años, la tarde con Margot. «Su carisma y su increíble positividad, a pesar de todo lo que ha experimentado en su vida, me impresionaron de inmediato. Parecía muy accesible y respondió a todas nuestras preguntas. Era simplemente una personalidad muy impresionante, cuya historia ahora tenemos que contar más a fondo. ¡Estoy muy agradecida de haberla conocido!«, dice Antonie, de 19. Todos recuerdan que solía despedirse con un último consejo: «¿Sed seres humanos!».

Related Articles