Publicado: febrero 9, 2025, 5:14 pm
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Una vez más Nicolás Maduro divide a la oposición entre abstenerse o participar en las elecciones regionales y legislativas convocadas para el próximo 27 abril, abriendo una fractura en la unidad de la coalición opositora que tanto ha costado cimentar desde que postularon a … su líder Edmundo González Urrutia, promovido por María Coria Machado, el 28 de julio pasado.
Y es que el gobernador del Zulia, Manuel Rosales, con su equipo del partido Un Nuevo Tiempo (UNT), y el dos veces excandidato presidencial Henrique Capriles, cofundador de Primero Justicia (PJ), ambos miembros de la alianza Plataforma Unitaria Democrática (PUD), sorprendieron la semana pasada al anunciar su apoyo a los comicios convocados por el régimen chavista.
Tanto Rosales como Capriles, cada uno con su respectivo lenguaje, justificaron su participación en los próximos comicios, otorgando legitimidad y reconocimiento al convocante que es Maduro, contraviniendo así las directrices de Edmundo González y Machado de abstenerse si antes no se respeta la voluntad mayoritaria de los venezolanos que votaron a favor (70%) de González el 28 de julio pasado.
Lo llamativo del Consejo Nacional Electoral (CNE), controlado por el chavismo, es que haya condicionado la participación en las regionales y legislativas del 27 de abril a que todos los partidos y candidatos que se inscriban deben firmar un documento en el que se comprometen a respetar y acatar los resultados emitidos por la institución «como poder constitucional de la República».
El CNE no ha presentado todavía los resultados ni las actas definitivas de las presidenciales del 28 de julio por lo que la jura de Maduro para su tercer mandato, efectuada el 10 de enero pasado, no ha sido convalidado mientras que el comando opositor de González sí ha presentado las pruebas de su victoria.
El conflicto electoral se mantiene toda vez que el CNE obliga a acatar los resultados sin presentar las pruebas de los mismos. La PUD asegura que ha reunido el «85% de las actas electorales» del 28 de julio, que ha publicado una página web, como evidencia del triunfo de González Urrutia, mientras que el CNE sigue sin publicar los resultados desagregados como lo estableció su propio cronograma.
Por ello, la líder María Corina Machado, que está perseguida y amenazada por el régimen, afirma desde la clandestinidad que «no avala ninguna elección hasta que no sea acatado el mandato popular de las presidenciales del 28 de enero, que es Edmundo González».
Por su parte, el presidente electo González también reitera que «no participará en farsas electorales para perpetuar a la dictadura». Añade «no descansaré hasta hacer cumplir la voluntad popular de los venezolanos». González prepara sus maletas para viajar a Munich, Alemania, la próxima semana, y acudir a una Conferencia de Seguridad.
Sin embargo, el exgobernador de Miranda, Henrique Capriles, tiene otra opinión sobre las elecciones. El pasado miércoles llamó a votar en las elecciones legislativas y regionales del próximo 27 de abril como una forma -dijo- de reivindicar los resultados de las presidenciales del 28 de julio, en las que, insistió, ganó Edmundo González Urrutia y no Nicolás Maduro como proclamó el ente electoral.
Una decisión personal
Este llamamiento de Capriles, quien se encuentra inhabilitado por el chavismo por 15 años, favorece a Maduro. Sostuvo que el voto es una decisión personal, al tiempo que indicó que la oposición mayoritaria de Venezuela, agrupada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), nunca ha logrado nada con la abstención.
Juan Pablo Guanipa, dirigente opositor y aliado de la líder política María Corina Machado, criticó a las autoridades del estado Zulia y a su gobernador Manuel Rosales que han reconocido como presidente al dictador Nicolás Maduro, quien se juramentó en un acto calificado por la oposición democrática de «golpe de Estado».
A través de un video publicado en sus redes sociales, el líder zuliano expresó su «estupor» ante las declaraciones del presidente del Consejo Municipal de Maracaibo, Omar Molina; el alcalde encargado de la capital marabina, Adrián Romero Martínez; y la presidenta del Consejo Legislativo del Zulia (CLEZ), Iraida Villasmil, que reconocen a Maduro cuando el mundo sabe que es «un usurpador» que intenta «burlarse» de la soberanía popular que el 28 de julio eligió a Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela.
Andrés Velásquez, dirigente de La Causa R, pidió a quienes promueven la participación electoral en los comicios parlamentarios y legislativos «oír a los ciudadanos» que, a su juicio, «se abstendrán de votar».
«Para todos los que andan haciendo llamados a participar el 27 de abril, les recomiendo que oigan a los ciudadanos, que al parecer están más claros que esos políticos», indicó en su cuenta en X. «No van a votar, se abstendrán», aseguró, afirmando que la ciudadanía «reclama que se respeten los resultados del 28 de julio».
Omar González, jefe de organización de Vente Venezuela de María Corina, califica de traición a los que han roto filas con la unidad opositora y se han pasado al chavismo. «En un país marcado por la dolorosa crisis humanitaria y política que ha provocado el chavismo en estos últimos 26 años, donde cada día se lucha por sobrevivir, resulta desgarrador observar cómo algunos dirigentes que se hacen pasar por opositores, han traicionado las esperanzas de millones de venezolanos.»
La reciente decisión de desconocer los resultados de las elecciones presidenciales del 28 de julio y optar por participar en la farsa de los comicios regionales es un «acto que acuchilla profundamente el corazón de un pueblo que anhela un cambio real».
El régimen de Nicolás Maduro ha tejido una red de compra, control, chantaje y manipulación que distorsiona la democracia, convirtiendo cada elección en una burla y otro instrumento para tratar de perpetuarse en el poder, concluye Omar González.