Los baaka: el corazón que aún late en la selva africana - Chile
Registro  /  Login

Otro sitio más de Gerente.com


Los baaka: el corazón que aún late en la selva africana

Publicado: julio 27, 2025, 1:26 am

Para los baaka, el bosque no es un recurso. Es origen. Es casa. Es dios. Durante generaciones, esta comunidad indígena ha vivido en las entrañas de la selva centroafricana, en un equilibrio que no responde a la lógica de la propiedad ni del progreso, sino a una relación ancestral de pertenencia mutua. La selva les da alimento, sentido, medicina, lenguaje.

Ellos, a cambio, la escuchan. La respetan. La entienden como se entiende un cuerpo. Pero ese equilibrio hoy se resquebraja.

En Dzanga Sangha, una de las últimas reservas vírgenes del continente africano, la presión exterior se ha vuelto incesante. A la tala ilegal, que abre caminos de tierra roja por donde antes solo transitaban elefantes, se suman los cazadores furtivos, la minería clandestina y una lenta pero firme exclusión social que empuja a los baaka fuera del único mundo que conocen. Algunos resisten. Otros han comenzado a irse. Cada mañana, mientras el primer sol apenas atraviesa el espeso del bosque, Anisé conduce a su grupo selva adentro. Buscan animales, raíces, plantas medicinales. Lo hacen con una mezcla de paciencia y urgencia. Hoy, como en tantos otros días, la jornada terminará con las manos casi vacías. La fauna escasea. El bosque está herido. «Antes, bastaba escuchar. Ahora, hay que adivinar», dice Anisé, que aprendió de su padre a leer los rastros invisibles entre los helechos.

Dentro del parque, sin embargo, la historia es otra. Aunque las amenazas existen, el trabajo de conservación ha logrado crear un entorno protegido donde especies clave como los gorilas, los elefantes de selva o los chimpancés aún pueden vivir en libertad. A través de patrullas diarias, sistemas de monitoreo con tecnología GPS, formación específica para rangers y la integración activa de rastreadores baaka, Dzanga Sangha se ha convertido en un ejemplo de protección eficaz. Los baaka no solo colaboran localizando a los primates o transmitiendo su conocimiento del terreno: algunos, incluso, han sido formados como ecoguardias y participan directamente en las labores de defensa del ecosistema. La reserva ha logrado construir un modelo donde la conservación no excluye a las comunidades locales, sino que las reconoce como aliadas. Fuera de los límites del parque, en cambio, la realidad es mucho más frágil.

Fuera de la selva protegida, cientos de familias baaka intentan rehacer su vida sin tierra, sin selva y sin derechos. Son tratados como ciudadanos de segunda. Muchos son explotados, marginados, reducidos a mano de obra barata por el resto de la población. En Monasau, un pequeño asentamiento a las puertas de la selva, los días pasan lentos. Agate, una joven madre que se negó a continuar con ese sometimiento, lo dice sin rodeos: «No quiero que mis hijos crezcan creyendo que no valen nada».

Pero romper con ese destino es casi un acto de fe. La pobreza, la discriminación y la falta de oportunidades hacen que muchos jóvenes baaka floten entre dos mundos: ya no pertenecen al bosque, pero tampoco encuentran lugar fuera de él. Iniciativas comunitarias impulsadas por organizaciones locales tratan de recuperar la transmisión de saberes entre generaciones. Se organizan caminatas por la selva con niños y abuelos, encuentros donde se canta, se cuenta, se recuerda. Los baaka no quieren museos. No buscan ser folclore. Quieren seguir siendo ellos mismos. Sin folletos. Sin caridad. Solo con respeto.

Hoy más que nunca, las visitas al parque, el turismo responsable y el trabajo de conservación que se realiza en Dzanga Sangha son esenciales para la supervivencia de esta selva y de la cultura baaka. Gracias a estos esfuerzos, muchos miembros de la comunidad encuentran una forma de vida digna dentro de su propio territorio, sin renunciar a sus raíces. La integración de rastreadores baaka en los programas de conservación, la creación de empleos como ecoguardias o guías, y la valorización de sus conocimientos tradicionales son pasos reales hacia un futuro para la comunidad baaka.

Related Articles