Publicado: octubre 27, 2025, 10:10 am
En los últimos años los tratamientos oncológicos se han transformado radicalmente, y en buena parte esta evolución se explica por la introducción de estrategias novedosas como la inmunoterapia. Esta clase de herramientas no sólo son ya habituales en el abordaje de los tumores, sino que están abriendo una vía al desarrollo de hitos tan prometedores como las ansiadas vacunas contra el cáncer.
El reto de las vacunas contra el cáncer
Las vacunas que todos de sobra conocemos, aquellas que combaten enfermedades víricas y bacterianas, operan mediante un principio relativamente simple: exponen a nuestro organismo a una versión debilitada del patógeno objetivo para que de manera natural nuestro sistema inmune ‘aprenda’ a identificarlo (mediante ‘partes’ de él que llamamos antígenos) y desarrolle defensas contra él. Son una herramienta fundamentalmente preventiva, que funciona mejor cuando se administra antes de que se produzca una infección.
En el caso del cáncer, la cuestión es algo diferente. Los sueros que se están investigando rescatan la idea de ‘entrenar’ al sistema inmune para identificar y combatir las células diferentes, pero como detalla el Instituto de Investigación del Cáncer del Reino Unido lograrlo es más complejo por una razón fundamental: si los virus y las bacterias son elementos foráneos a nuestro cuerpo y por ello nuestros sistemas defensivos los identifican rápidamente como amenazas, las células del cáncer se originan en nuestros tejidos y tienen propiedades que las identifican como parte de nosotros.
Aún así, esto no es necesariamente un obstáculo insalvable, y hay varias tecnologías ya en uso o en desarrollo que estimulan nuestro sistema inmune para que combata mejor el cáncer.
Vacunas preventivas
Aunque no es exactamente en lo que pensamos cuando hablamos de vacunas contra el cáncer, hay que destacar que la infección con ciertos virus es un factor de riesgo importante en algunas neoplasias y por tanto el desarrollo de sueros contra ellos las campañas de inmunización pueden ser eficaces para prevenir determinados tumores.
Quizás la más importante en este sentido la vacuna contra el virus del papiloma humano, capaz de prevenir más del 90% de los cánceres asociados a este patógeno (incluyendo algunos como el de cuello de útero, pene, ano o garganta).
Vacunas terapéuticas
Como decíamos los tumores se originan en nuestros propios tejidos y se asemejan en muchos aspectos a las células sanas, por lo que en buena medida (y a diferencia de lo que pasa con las vacunas víricas o bacterianas) los candidatos a vacunas contra el cáncer aspiran a administrarse cuando el cuerpo ya ha sido atacado por la enfermedad y no antes.
En este sentido, normalmente los investigadores buscan características distintivas del tumor que ayuden al sistema inmune a distinguir sus células de las sanas; pueden ser por ejemplo proteínas normales que las células tumorales producen en cantidades anormalmente altas. Esta es la estrategia empleada por la vacuna sipuleucel-T, aprobada en Estados Unidos (aunque no en otros países como España) desde el año 2010, por la BNT116, que se está probando contra el cáncer de pulmón entre otros en nuestro país, o por la ELI-002 2P contra los cánceres de páncreas o colon.
Curiosamente, se ha visto que algunas vacunas genéricas desarrolladas para otras enfermedades pueden mejorar la respuesta inmune contra ciertos cánceres. Muy recientemente, un estudio publicado en la revista Nature encontró que las vacunas contra la covid podían ayudar a algunos pacientes de cáncer a combatir los tumores, en combinación con otras terapias inmunes. De modo similar, la vacuna BCG para la tuberculosis se usa como parte del tratamiento estándar para el cáncer de vejiga.
Vacunas personalizadas
Por último, el enfoque más vanguardista es el de las vacunas personalizadas de neoantígenos, una tecnología aún en desarrollo. En esencia, lo que hacen es dirigir el sistema inmune a neoantígenos, proteínas producto de mutaciones y específicas de las células tumorales.
Hoy en día varios de estos sueros están en distintas fases de prueba. La más célebre en los últimos tiempos ha sido Enteromix, la famosa ‘vacuna rusa’, que en estudios preclínicos (sobre cultivos celulares y animales) ha arrojado una eficacia del 100% siempre según las autoridades rusas.
Referencias
Cancer Research Institute. Cancer Vaccines: Preventive, Therapeutic, Personalized. Consultado online en https://www.cancerresearch.org/immunotherapy-by-treatment-types/cancer-vaccines el 24 de octubre de 2025.
Adam J. Grippin, Christiano Marconi, Sage Copling, Nan Li, Chen Braun, Cole Woody, Elliana Young, Priti Gupta, Min Wang, Annette Wu, Seong Dong Jeong, Dhruvkumar Soni, Frances Weidert, Chao Xie, Eden Goldenberg, Andrew Kim, Chong Zhao, Anna DeVries, Paul Castillo, Rishabh Lohray, Michael K. Rooney, Benjamin R. Schrank, Yifan Wang, Yifan Ma, D3CODE Team, Steven H. Lin et al. SARS-CoV-2 mRNA vaccines sensitize tumours to immune checkpoint blockade. Nature (2025). DOI: https://doi.org/10.1038/s41586-025-09655-y
