El grupo sanguíneo podría ser determinante a la hora de influir en la longevidad de los seres humanos, según apuntan diversos estudios. Teniendo en cuenta el sistema ABO, que agrupa la sangre en cuatro tipos diferentes —A, B, 0 y AB—, las personas con grupo B tienden a envejecer más lentamente frente a aquellos que pertenecen a otros grupos.
Según un reciente estudio publicado en Planet Today, que recoge Cadena Ser, los individuos que pertenecen a este grupo sanguíneo se adaptan mejor a los cambios fisiológicos, al ser más eficientes en la reparación celular y la regeneración de tejidos, de ahí que su envejecimiento sea más lento frente a otros grupos sanguíneos.
Asimismo, las personas del grupo B —aquel que solo tiene el antígeno B en los glóbulos rojos— suelen ser más sensibles y necesitan más amor y cuidados que el resto de grupos.
No obstante, los investigadores de este estudio advierten de que pertenecer al grupo B no garantiza un aspecto más joven si no se acompaña de un estilo de vida saludable.
Este no es el único estudio que apunta a la mayor longevidad en personas del grupo B. Otro estudio anterior hecho en Japón y publicado en la revista Experimental Gerontology apuntaba, ya que «el tipo de sangre B podría estar asociado con una longevidad excepcional«.
Por otro lado, un tercer estudio publicado en BMC Medicine apunta que tener un grupo sanguíneo distinto del O —es decir, A, B y AB— está asociado a un mayor riesgo de muerte, en particular por enfermedades cardiovasculares, como cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular.
En este caso, los resultados de este estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto Nacional del Cáncer de EE UU y de la Universidad de Ciencias Médicas de Teherán concluyeron que las personas con grupos A, B y AB tenían, de media, un 9% más de riesgo de muerte por una enfermedad médica y un 15% más de riesgo de morir por una enfermedad cardiovascular. También observaron «un mayor riesgo de desarrollar cáncer gástrico entre los que tenían los grupos sanguíneos A y B».