Publicado: junio 18, 2025, 5:56 pm

«¡Señor presidente, acabe el trabajo!», rezan los grandes carteles con la fotografía de Donald Trump colgados en un céntrico edificio de Tel Aviv. Los israelíes tienen prisa por acabar con el régimen de Irán y quieren a Estados Unidos en la primera línea para … acabar cuanto antes. «Nadie sabe lo que voy a hacer», apuntó un enigmático Trump al ser cuestionado al respecto, aunque hasta ahora todos los pasos que ha dado han sido en la dirección marcada por Benjamín Netanyahu. El presidente aseguró que los iraníes quieren negociar, pero estos lo negaron. En los medios israelíes no se cuestionó a lo largo de día si Estados Unidos entrará o no en combate, la única duda era saber cuándo lo hará.
En el sexto día de guerra, Alí Jamenei dirigió un mensaje a la nación para decir que no se rinden y advertir a Estados Unidos de las graves consecuencias que tendría su entrada en la guerra. Las palabras del Líder Supremo no se convirtieron en hechos, apenas sonaron tres veces las alarmas por lanzamiento de misiles, todos fueron interceptados e Israel decidió rebajar algunas de las restricciones impuestas a la población ante el menor grado de amenaza.
Jamenei habló ante los iraníes por segunda vez desde que Netanyahu atacara a la república islámica. El religioso de 86 años, en el punto de mira de Israel y Estados Unidos, dijo que se mantendrán «firmes» ante lo que calificó de «guerra impuesta», mismo calificativo que el régimen emplea para la guerra contra Irak de los años ochenta. Agradeció a la nación la «respuesta valiente» a los bombardeos del enemigo y se dirigió a Trump para decirle que «este país no se rinde», en respuesta al comentario del presidente estadounidense que escribió en sus redes sociales, en mayúsculas, «RENDICIÓN».
Trump también aludió al deseo de Teherán de retomar el diálogo para lograr un alto el fuego, pero la delegación iraní ante la ONU lo negó de forma tajante. «Irán no negocia bajo presión, no aceptará la paz bajo presión y ciertamente no con un belicista aferrado a la relevancia», decía un comunicado en el que también llamaron «cobarde» a Trump por decir que tienen localizado a Jamenei y que lo podrían asesinar en cualquier momento.
Menos misiles
Respecto a la posible intervención oficial estadounidense, el Líder Supremo advirtió a Washington de «consecuencias irreversibles» si da el paso. Las palabras de la máxima figura del régimen islámico no llegaron acompañadas de misiles, los medios iraníes aseguraron que el ejército lanzó «la oleada más intensa» de misiles desde el viernes, pero eso no ocurrió. Las alarmas sonaron en tres ocasiones, dos durante la noche y otra al caer la tarde, y los israelíes vivieron la jornada más tranquila desde el inicio de las hostilidades. Las autoridades decidieron levantar algunas restricciones y a partir de ahora más personas podrán regresar al trabajo de oficina, siempre que tengan acceso a habitaciones seguras o refugios, y se permitirán reuniones de hasta 30 personas. Cuantos menos misiles llegan, más sube la euforia en las calles del Estado judío.
En este intento de recuperar una aparente normalidad, Israel también puso en marcha vuelos para repatriar a israelíes varados en el extranjero tras el inicio de la operación militar y el cierre del espacio aéreo. El movimiento es solo en dirección a Israel, las autoridades no permiten la salida desde el aeropuerto de Ben Gurion por miedo aglomeraciones y que se pueda convertir en objetivo enemigo.
Unidos contra Irán
«Estamos haciendo el trabajo sucio a estadounidenses y europeos y por eso es momento de que Trump entre de lleno en la guerra, porque esta es una guerra de todo el mundo libre frente a la dictadura iraní», opina una comerciante del mercado del Carmel, punto neurálgico de Tel Aviv, apagado por los misiles de la república islámica. Es el argumento más repetido por Netanyahu desde hace décadas para justificar la necesidad del ataque y el que más ha calado, muy por encima de la amenaza nuclear. Las fuertes fisuras políticas del país se han cerrado para formar un frente común contra los iraníes en el que todas las formaciones siguen las directrices de Netanyahu. Partidos de gobierno y oposición están unidos, algo que no sucedía desde hace mucho.
Los ataques contra Irán fueron duros, el ejército israelí dijo que más de 50 aviones de guerra atacaron objetivos en toda la capital, incluida una planta nuclear. Las tarjetas de crédito no funcionan con normalidad y en un país donde la gente ya no usa dinero en metálico por la inflación sin freno esto se ha convertido en un grave problema para la mayoría. El Ministerio de Comunicaciones en Teherán decidió limitar temporalmente el acceso a Internet para evitar que «el enemigo amenace la vida y la propiedad de los ciudadanos», una medida habitual cuando el régimen pasa por momentos complicados.
Las defensas anti aéreas operan con dificultad debido a los golpes sufridos, pero la televisión estatal informó del derribo de un dron Hermes 900 israelí en la provincia de Isfahán. El canal mostró imágenes del aparato y aseguró que estaba equipado con ocho misiles. Los israelíes vuelan a 1.500 kilómetros de sus bases y la experiencia adoptada en las operaciones contra los hutíes en Yemen ha servido para este ataque a Irán que trata de derrocar al régimen islámico.