Publicado: octubre 31, 2025, 6:39 pm

En una votación histórica, la ONU dio este viernes su mayor espaldarazo hasta la fecha al plan de Marruecos encabezado por Mohamed VI para que el Sahara Occidental, la disputada excolonia española, se convierta en un territorio autónomo pero bajo soberanía marroquí.
El Consejo de Seguridad sometió a votación una resolución sobre el Sahara Occidental impulsada por EE.UU., el gran aliado de Marruecos en su ambición por resolver el conflicto de una manera en la que el territorio quede bajo soberanía del país.
La resolución buscaba renovar el mandato de la Misión de las Naciones Unidas para el Referéndum del Sahara Occidental (Minurso), que ha sido liderada por el diplomático Staffan de Mistura. Pero, de forma decisiva, el texto reconocía el plan marroquí, ideado en 2007, como la «solución más seria, creíble y realista» para el Sahara Occidental y como la base para las negociaciones que se deben desarrollar a partir de ahora para «conseguir una solución política final y aceptable por todos que procure autodeterminación para el pueblo del Sahara Occidental». Es decir, que respalda la solución marroquí para acabar con el conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario, que tiene el apoyo de Argelia.
«EE.UU. da la bienvenida a esta histórica votación, que se apoya en este momento único y aprovecha el impulso hacia una paz en el Sahara Occidental que tarda mucho en llegar», reaccionó el embajador de EE.UU., Mike Waltz, que fue durante unos meses el consejero de seguridad nacional de Donald Trump.
«Pedimos a todas las partes que vengan a la mesa de negociación en las próximas semanas para implicarse en discusiones serias y con la propuesta de autonomía creíble y realista de Marruecos como la única base para una solución justa y duradera a esta disputa», añadió.
Trump ha sido, de hecho, pieza central del proceso que acaba de tomar gran impulso en la ONU. Marruecos presentó ante la ONU en 2007 una propuesta que plantea que la «región autónoma del Sahara» disponga de competencias administrativas, judiciales y económicas propias, mientras que asuntos como defensa, exteriores, moneda, bandera y religión quedarían bajo control del Estado central. Según la propuesta, los saharauis tendrían un gobierno y un presidente elegido por el parlamento regional, posteriormente investido por el rey de Marruecos.
El impulso de Trump
En la recta final de su primer mandato, a finales de 2020, Trump respaldó ese plan marroquí. Fue una contrapartida a la decisión de Marruecos de normalizar sus relaciones con Israel a través a los Acuerdos de Abraham, el gran éxito diplomático de Trump hasta la fecha. Casi a la vez, el presidente norteamericano reconoció la soberanía marroquí sobre la excolonia española. Fue un intercambio de favores entre ambos aliados.
A partir de ese momento, todo cambió y poco a poco los países europeos se fueron sumando a este respaldo al plan marroquí. El giro más importante lo protagonizó el Gobierno español de Pedro Sánchez, quien, en marzo de 2022, cambiaba la postura histórica de España. Francia, Bélgica y el Reino Unido también validaron la autonomía marroquí como la «opción más creíble». En total, Rabat logró ampliar significativamente sus apoyos con cerca de 125 países consideran que es un marco viable para buscar una solución.
Tras estos reconocimientos, quien quedó en una posición de casi hundido fue el Frente Polisario. Desde su fundación, el Frente Polisario ha sido considerado como el interlocutor del pueblo saharaui (primero contra la ocupación española) y después contra el control marroquí. Durante este tiempo, ha ido perdiendo apoyos entre los Estados occidentales al tiempo que ha mantenido estrechas relaciones con la Unión Africana, Rusia, China y sobre todo, Argelia, que es su principal valedora.
De hecho, la de Argelia fue la única voz discordante en la sesión del Consejo de Seguridad. Rusia y China, dos de los cinco países con derecho a veto en el organismo -los otros son EE.UU., Reino Unido y Francia-, y los únicos que podían hacer descarrilar la resolución, optaron por abstenerse. Como también lo hizo Pakistán. Once países votaron a favor. Y Argelia se negó incluso a participar en la votación.
«El texto no refleja la doctrina de la ONU sobre descolonización, cuya implementación ha permitido que muchos países estén representados aquí», protestó su embajador, Amar Bendjama. «La decisión sobre el futuro del Sahara Occidental no puede pertenecer a nadie más que al pueblo bajo dominio colonial».
El rey Mohammed VI de Marruecos tenía previsto pronunciar un discurso al pueblo marroquí para celebrar el impulso a su plan por parte de la ONU.
