Publicado: junio 3, 2025, 7:34 pm

El sistema de Israel y EE.UU. para asistir a Gaza con ayuda humanitaria está más cuestionado que nunca después de tres días consecutivos con tiroteos mortales en los centros de distribución y tras la retirada del proyecto de la consultora Boston Consulting Group (BCG) … , una contratista estadounidense clave para el proyecto.
Este martes fallecieron 27 personas en las inmediaciones de uno de los cuatro centros de distribución de ayuda humanitaria establecidos por Israel, según los datos de la Cruz Roja y del Ministerio de Salud de Gaza, controlado por el grupo terrorista Hamás. En los incidentes registrados en la víspera, el número de muertos fue de 23. El ejército de Israel reconoció que disparó a «algunos sospechosos» que se habían «desviado de las rutas de acceso designadas» para la distribución y que estaban investigando el incidente.
El caos en la provisión de ayuda para la población de Gaza se ha agravado con la salida de BCG, en medio de una creciente protesta internacional por la situación en la Franja y de las críticas de la ONU al sistema organizado por Israel y los contratistas estadounidenses.
Ayer se conoció que BCG comunicó a la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF), la entidad organizada por Israel, su adiós al proyecto, para el que fue contratada el pasado otoño. La consultora diseñó buena parte del sistema, como el establecimiento de los precios y del equipamiento de los contratistas para sus operaciones en los centros de distribución. La empresa estadounidense, una de las mayores consultoras del país, rompió el contrato, ha pedido a sus empleados que dejen sus operaciones en Tel Aviv y ha puesto al ejecutivo que estaba al frente del proyecto en baja administrativa.
Un pastor evangélico
La decisión se produjo pocos días después de que el hasta ahora director ejecutivo de GHF, Jake Wood, un exmilitar estadounidense, dimitiera. GHF anunció ayer que su sustituto será Johnnie Moore, un reverendo estadounidense que ha sido uno de los lazos entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y los líderes evangélicos.
«GFH ha demostrado que es posible transportar grandes cantidades de comida a la gente que más lo necesita de forma segura, eficiente y efectiva», defendió Moore en el comunicado que anunció su nombramiento. «Servir al pueblo de Gaza con dignidad y compasión debe ser la principal prioridad».
Las tragedias de los últimos días indican que esos objetivos están lejos de ser conseguidos por GHF, un sistema que Israel ha establecido como alternativa al de la ONU, que ha operado durante décadas y que tenía cerca de 400 puntos de distribución en la Franja. Según Israel, la ayuda humanitaria de la ONU la controla y la utiliza Hamás en interés propio.
El nuevo sistema israelí y estadounidense comenzó a funcionar hace unos días, después de que el Gobierno de Benjamin Netanyahu sometiera a la población de Gaza a un bloqueo de ayuda humanitaria que se prolongó durante once semanas y que agudizó la crisis.
La ONU volvió a criticar con dureza ayer el modelo implantado por Israel, en especial a la luz de los incidentes trágicos de los últimos días. «Este sistema es una trampa mortal», criticó desde la sede en Nueva York Stephane Dujarric, el portavoz del secretario general, António Guterres, en referencia a las aglomeraciones en solo cuatro puntos de distribución, que conduce a muchedumbres entre alambres de espino. «Es una receta para el desastre. Exigimos a las autoridades israelíes que ayuden a volver a poner en marcha el sistema de la ONU».
También desde Nueva York, el embajador de Palestina ante la organización internacional, Riyad Mansour, agradeció a España su ayuda para presentar una resolución conjunta ante la Asamblea General para exigir la entrada de ayuda humanitaria en Gaza. Podría presentarse esta misma semana, detalló Mansour.
Al contrario que las resoluciones del Consejo de Seguridad –donde España no tiene ahora presencia y donde es muy difícil que el texto fuera aprobado– las de la Asamblea General no tienen poder vinculante.