Publicado: abril 16, 2025, 11:30 pm

La Administración de Donald Trump tiene varios frentes abiertos en la polémica por la deportación «por error» a El Salvador de un inmigrante indocumentado, Kilmar Armando Abrego García. Además del legal y del político, el Gobierno de EE.UU. trata de ganar … en el relato. Este miércoles, la portavoz de Trump, Karoline Leavitt, invitó a la sala de prensa a la madre de una víctima de un asesinato macabro, perpetrado por un inmigrante indocumentado: Patty Morin dio todos los detalles del ataque que acabó con la vida de su hija Rachel.
Desde su violación, hasta las más de veinte veces que el atacante le golpeó la cabeza contra unas rocas. El único punto en común con Abrego García es que el condenado por ese crimen era también un inmigrante indocumentado salvadoreño «¿Por qué no estamos protegiendo a los ciudadanos estadounidenses?», clamó la mujer, emocionada, aunque Abrego García no tenga nada que ver con el asesinato de su hija.
La presencia de Morin en la sala de prensa de la Casa Blanca tiene que ver con el intento de relacionar a Abrego García con la violencia criminal y contestar la exigencia desde el poder judicial -y desde algunos sectores en EE.UU.- de que sea devuelto a EE.UU. Eso a pesar de que su pertenencia a una banda criminal como MS-13 ha sido cuestionada: la juez de Maryland que ventila su caso ha asegurado que no ha encontrado evidencias de que así sea, frente a lo que defiende la Administración Trump.
Además de utilizar un asesinato ajeno a Abrego García, la Casa Blanca siguió insistiendo en que el deportado «no es el padre de Maryland que retratan los demócratas y la prensa». Leavitt detalló que cuando Abrego García fue arrestado el pasado 12 de marzo llevaba una sudadera con imágenes de fajos de dinero que, según dijo, «es un conocido símbolo de MS-13», la banda criminal de origen salvadoreño. También detalló que la mujer de Abrego García, Jennifer Vasquez, de nacionalidad estadounidense, pidió en 2021 una orden de alejamiento en su contra por violencia doméstica.
Tras revelarse esa petición de alejamiento, Vasquez aclaró en declaraciones a ‘The New York Post’ que lo hizo «como precaución tras un desencuentro con Kilmar para el caso de que la cosa fuera a mayores» y por haber pasado por violencia doméstica «en una relación anterior».
Después, aseguró, no fue adelante con la petición «porque fuimos capaces de solucionarlo como familia, entre otras cosas con terapia de pareja».
«Nuestro matrimonio solo se hizo más fuerte en los años que siguieron. Nadie es perfecto y ningún matrimonio es perfecto», añadió Vasquez, que está muy involucrada en la campaña para que su marido regrese a EE.UU.