Publicado: mayo 29, 2025, 6:00 pm
Las condiciones ambientales y de cuidado durante las primeras etapas de la vida, incluso antes del nacimiento, moldean el desarrollo de las funciones ejecutivas y la regulación emocional en los niños, factores que pueden contribuir a la aparición de trastornos de ansiedad en la adolescencia. Un artículo que se publica en la revista ‘ Science ‘, ante el incremento en el número de adolescentes con problemas de ansiedad, especialmente en los países desarrollados. propone que el estrés materno, la calidad de los cuidados y las condiciones del entorno en los primeros años, junto con los cambios sociales y tecnológicos actuales, podrían contribuir a explicar esta tendencia. Los autores, Mark Hanson, de la Universidad de Southampton , y Peter Gluckman, del Instituto de Desarrollo Humano S-TAR , señalan que el aumento de los problemas de ansiedad en jóvenes de 12 a 19 años , especialmente en países desarrollados, no puede explicarse únicamente por factores recientes como la pandemia de covid-19. Así, plantean que la exposición temprana a entornos adversos, como el estrés materno o el cuidado deficiente, podría preparar al cerebro infantil para responder a amenazas que, si no se materializan después, derivan en una respuesta emocional exagerada y ansiosa. Esto, según Hanson y Gluckman, se ve agravado por los rápidos cambios sociales y tecnológicos a los que están sometidos los jóvenes hoy en día. Esta misma semana, la revista ‘ The Lancet ‘ advertía que más de 1.000 millones de adolescentes y jóvenes de 10 a 24 años vivirán en 2030 en países con problemas de salud prevenibles y tratables, entre ellos la depresión o la ansiedad. Este documento señalaba que a pesar de que la transición digital ofrece a los adolescentes nuevas oportunidades de interacción social, educación, empleo y promoción de la salud, sin embargo, muchas experiencias sociales y emocionales clave ahora ocurren en línea, lo que genera preocupación por posibles daños a su desarrollo y bienestar. Alberto Ortiz Lobo, psiquiatra en el Hospital Universitario La Paz de Madrid , afirma que se sabe que los primeros años de vida son cruciales en el desarrollo emocional de las personas y que cuando no se pueden establecer vínculos de apego seguros y hay fallas en el cuidado infantil es «más probable que aparezcan dificultades en las relaciones y sufrimiento psíquico en los años posteriores». Aunque la hipótesis del estudio en ‘Science’ es interesante, Luis Valero Aguayo , catedrático de Psicología de la Universidad de Málaga, advierte que no se presentan datos empíricos directos. «Es más explicable la ansiedad adolescente actual por las presiones sociales y culturales del presente, como el uso excesivo de pantallas, la comparación constante en redes o la sobreprotección», explica SMC Valero. En este sentido, Maite Garaigordobil , catedrática emérita de la Universidad del País Vasco , considera que el artículo es «una contribución valiosa» al destacar el concepto de «desajuste adaptativo»: la idea de que respuestas adaptativas generadas en etapas muy tempranas pueden volverse desadaptativas si no se corresponden con el entorno futuro. Además, subraya la necesidad de políticas públicas que garanticen entornos prenatales y posnatales seguros y emocionalmente enriquecidos. En cualquier caso, señala Ortiz Lobo a SMC, «la mejor prevención de los problemas mentales es establecer políticas sociales que garanticen el bienestar infantil, protegiendo a los niños de situaciones de violencia, abuso y negligencia».
