Publicado: agosto 16, 2025, 7:52 am

El Departamento de Justicia de Estados Unidos ha accedido a corregir la orden para hacerse con el control de la Policía de Washington D.C., de tal manera que dicho cuerpo de seguridad siga en su día a día dependiendo de las autoridades locales y no directamente del Gobierno federal.
La fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, nombró el jueves al director de la Administración para el Control de Drogas (DEA), Terry Cole, máximo responsable de la Policía de la capital, en cumplimiento de una directiva del presidente, Donald Trump, para reforzar la seguridad en un distrito con una especial categorización administrativa.
El rechazo de la alcaldesa, Muriel Bowser, se hizo patente y el fiscal general de Washington D.C, Brian Schwalb, anunció el viernes una denuncia ante los tribunales que, apenas unas horas más tarde, se ha traducido en «una nueva directiva» por orden de Bondi.
La revisión plantea que Cole sea un «designado» de la Administración Trump pero que no tenga un peso en las actividades cotidianas. La actual jefa del Departamento de Policía Metropolitano, Pamela Smith, dependiente de las autoridades locales, conserva ahora el control del cuerpo.
Bondi ha acusado al fiscal de Washington de obstaculizar los esfuerzos para «mejorar la seguridad pública». «Es importante señalar que este mismo fiscal general es responsable de no imponer consecuencias a los peligrosos delincuentes juveniles», ha reprochado Bondi en redes sociales tras ceder a la presión.
Para el fiscal local, en cambio, este nuevo escenario representa «una victoria» para el régimen de autonomía del que goza la capital. Schwalb ha prometido seguir trabajando para garantizar la soberanía de la capital y «proteger los derechos y la seguridad» de sus ciudadanos.