Publicado: junio 15, 2025, 7:17 pm

Israel intensificó sus ataques sobre Irán y, como anunció el ministro de Defensa, Israel Katz, se centró en la capital para cumplir la amenaza de que «Teherán será Beirut». Tras una noche marcada por el lanzamiento de 80 misiles iraníes, la muerte de al … menos 10 civiles israelíes y una gran destrucción en Bat Yam, al sur de Tel Aviv, la venganza llegó en forma de ataques aéreos que fueron mucho más allá del programa nuclear y coches bomba que sembraron el terror en una Teherán en estado de pánico y asesinaron a más científicos. Hongos y más hongos de humo salieron desde los puntos atacados en la ciudad, que incluyeron ministerios como el de Interior y el de Telecomunicaciones, cuarteles de la Guardia Revolucionaria, el aeropuerto de Mehrabad y comisarías de policía, todos ellos situados en una urbe donde viven quince millones de personas. Los israelíes atacaron también Tabriz, Isfahán, Kermanshah o Mashad, en plena frontera con Afganistán demostrando una enorme superioridad aérea.
Ante la brutalidad de los ataques, que han dejado ya al menos 128 muertos según medios iraníes y más de 400 según datos no oficiales, el régimen pidió a la población que buscara cobijo en escuelas, mezquitas y estaciones de metro. En Teherán no hay refugios en las casas. Además del modelo de Beirut, Israel también aplicó el de Gaza y el portavoz del Ejército lanzó a través de las redes sociales una «advertencia urgente para todos aquellos que se encuentran actualmente en o cerca de plantas de fabricación de armas y para quienes los asisten. Por su seguridad, evacuen estas áreas inmediatamente y no regresen hasta nuevo aviso». Una orden de evacuación sin precedentes en Irán.
Los iraníes que pueden y tienen medios escapan al norte del país, a la zona del Caspio y las carreteras que se dirigen a esta parte del país se colapsaron de vehículos. Se produjo un éxodo importante de la capital y quienes optaron por quedarse hicieron acopio de agua y víveres porque saben que esto puede ir para largo. El acceso a internet está restringido desde los primeros ataques, lo que aumenta la incertidumbre entre la población.
La destrucción en lugares emblemáticos de la capital como la plaza de Tajrish o el bulévar Keshawarz y la muerte de decenas de civiles dejaron a Teherán en estado de shock. Vali Nasr, analista iraní-estadounidense y ex asesor de la Casa Blanca, especializado en estudios de Oriente Próximo, escribió en su perfil de X que «cuantos más ataques de este tipo se produzcan contra objetivos y barrios civiles, más convencerá Israel a la población iraní de que su país necesita dotarse de armas nucleares». La escritora Sahar Delijani, nacida en una prisión del régimen porque sus padres estaban presos y que reside en Estados Unidos, es una voz crítica con los ayatolás y escribió un mensaje a Israel para decirle que «si la visión de liberación viene solo a base de la muerte de inocentes y destrucción, entonces no es la libertad lo que buscas».
A por el cambio de régimen
Mientras el ministro de Exteriores israelí, Gideon Saar, decía en la CNN que «el objetivo no es el cambio de régimen. El gabinete de seguridad ha marcado los objetivos y no está en la lista», Benjamin Netanyahu dejaba claro que «el cambio puede ocurrir como resultado de la guerra porque el régimen es débil, el pueblo iraní debe decidir si quiere revelarse». Los israelíes golpean desde el aire y cuentan con el Mossad sobre el terreno, que perpetró cinco atentados con coches bomba dirigidos contra científicos del programa nuclear, informaron los medios iraníes. Ya son catorce los expertos asesinados desde el viernes.
En lo alto de la pirámide del régimen se encuentra el Líder Supremo, Ali Jamenei, y la agencia Reuters reveló que Donald Trump habría vetado en dos ocasiones un plan de Israel para asesinar al veterano religioso. Esta información fue negada con el paso de las horas por fuentes cercanas a la oficina del primer ministro, pero Jamenei es el nombre más buscado de una lista en la que ya no están los líderes de Hamás Ismael Haniye y Yahya Sinwar o el secretario general de Hizbolá, Hasán Nasrala.
Trump estuvo muy activo y, mientras iraníes e israelíes intercambiaban golpes, declaró que «deberían llegar a un acuerdo y lo harán. ¡Pronto tendremos paz entre Israel e Irán! Se están llevando a cabo numerosas llamadas y reuniones». El presidente estadounidense recordó su reciente mediación en el choque entre India y Pakistán, que logró un alto el fuego, pero se olvidó de su nulo éxito en Ucrania, donde Rusia avanza, o Gaza, donde los rehenes siguen a la espera de un acuerdo para salir con vida de la Franja. En el caso de Irán, Trump ha perdido toda credibilidad tras haber engañado a la república islámica con unas negociaciones nucleares que discurrían mientras Israel preparaba su operación militar.
Más que mediación, lo que Israel quiere de Trump y de Estados Unidos son las bombas específicas anti búnker que puedan penetrar y destrozar la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow. Los israelíes solicitaron un día más a sus aliados que tomen parte directa en la guerra, pero estos, a nivel oficial, prefieren mantenerse al margen, aunque ayudan cada día en la intercepción de misiles y drones.