Publicado: julio 16, 2025, 2:52 am

La intensidad de la guerra en Ucrania no decrece. Por el aire, las tropas rusas siguen machacando masivamente objetivos por toda Ucrania con su tridente drones-misiles-bombas guiadas. Las ucranianas atacan objetivos de la infraestructura militar rusa mediante acciones ofensivas que les permiten … hacerse notar en el escenario. La más sonada de ellas fue la operación ‘Spider´s Web’ (Telaraña), el 1 de junio pasado, con drones FPV (operados por piloto remoto desde Ucrania) contra cinco bases de la aviación estratégica en la profundidad del territorio ruso.
El prominente papel de los drones, causando más del 70% de las bajas en el teatro, es una de las grandes lecciones ya aprendidas. Además, los drones junto con los ciberataques y los nuevos medios de guerra electrónica están revolucionando los procedimientos del campo de batalla. Algo a no olvidar por el llamado rearme, ya que aferrarse a los procedimientos es la más lacerante prueba de esclerosis de un ejército.
Sobre el terreno, las tropas rusas progresan con particular incidencia en el óblast de Donetsk. Allí, aunque lentamente, tratan de cercar el bastión ucraniano de Prokovsk con fuerte apoyo de drones y artillería. Crece así la posibilidad de progreso posterior hacia Dnipropetrovsk. Son asimismo intensos los combates en las regiones de Sumy y Járkov. Por su parte, las tropas ucranianas resisten bravamente la presión rusa con una acelerada fortificación de los segmentos más críticos del frente. Pero, debido a los déficits de aquéllas en personal y municiones, no logran detenerlas. Porque el obstáculo, por sólido que sea, solo es eficaz si está fuertemente batido por el fuego propio.
En el plano político, las posiciones de Moscú y Kiev respecto a un alto el fuego son irreconciliables. Trump está ensayando nuevas vías de presión contra Putin, amenazándole con un juego de aranceles, o con la decisión de retornar el apoyo militar a Ucrania. Aceptándolo con cautela por su proclividad a fulminantes cambios de opinión, ahora se trataría de un apoyo indirecto, basado en la venta de armamento a países europeos, con un certificado de último poseedor abierto a la transferencia a Ucrania.
La diferencia es significativa y coherente con la personalidad de Donald Trump quien, como hombre de negocios, exige garantías de cobro. Si los paganos fueran países europeos, el líder norteamericano tendría mayores garantías de cobrar por lo suministrado que si lo hubiera de pagar Ucrania, que hace ya mucho tiempo batalla con los bolsillos del revés.
Mientras tanto, Zelenski no se cansa de pasar el platillo por todo el mundo. El pasado 9 de julio, se dejó caer por Castel Gandolfo, residencia estival de León XIV. Pero sorprendería que el líder ucraniano hubiese logrado arrancar algún euro de las arcas vaticanas, porque uno, aunque crea en los milagros, los admite solo hasta cierto punto.
El debate sobre el incremento del porcentaje de gasto en defensa de los aliados, acordado en La Haya, sigue dando juego. La controversia bascula entre dos propósitos de Trump. Uno es el de favorecer al complejo industrial militar norteamericano, en posición de ventaja por ser el más avanzado y robusto de la OTAN. El otro es que, si los europeos aceptamos que Rusia es la mayor amenaza para nuestra seguridad (Concepto Estratégico, Madrid, 2022), lo coherente es que contribuyamos, en mayor medida que hasta ahora, en la financiación de nuestra propia defensa.
Con tal telón de fondo, la Fundación Alternativas (think tank político sanchista), presentó, el 10 de julio, apadrinada por el almirante retirado de la Secretaría General de Política de Defensa (Segenpol), en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (Ceseden), una ponencia sobre el aumento del gasto de defensa español. Fue una ocasión muy desgraciada por, entre otras, tres razones.
Una, que es falso que se tratase de una colaboración entre la Fundación y el Ceseden como se trató de presentar: este centro de excelencia solo apareció como pagafantas (ni siquiera el teniente general director estuvo presente) y resulta duro aceptar que la autoridad militar de quien depende el Ceseden, permitiera la infamia.
La segunda razón fue mostrar la creciente y perversa infiltración del pensamiento sanchista en órganos de alto nivel militar. Y la tercera es que emplear el dinero de todos asignado a Defensa, potenciando organismos partidistas, huele a financiación rara o a presunta malversación. ¿Otra más?