Publicado: septiembre 3, 2025, 11:54 am
Una de las primeras decisiones de Karol Nawrocki, tras instalarse en Palacio Presidencial de Varsovia, ha sido eliminar la presencia de la bandera de la Unión Europea. En este edificio de estilo neoclásico, Construido en 1643 por orden de Stanislaw Koniecpolski, ondeaba hasta su llegada el símbolo de unidad y armonía entre los pueblos de Europa, con sus doce estrellas de cinco puntas dispuestas en círculo sobre un fondo de color azul intenso. La bandera europea acompañaba en igualdad de condiciones a la nacional polaca, rojiblanca, que luce ahora en solitario.
Este gesto de Nawrocki ha tenido además repercusiones de mayor alcance. El jefe del gabinete del presidente, Pawel Szefernaker, ha reconocido que ha hecho lo mismo en el resto de dependencias y actos públicos que de él dependen. «No se ha dado ninguna orden oficial al respecto, pero todos han entendido que era una señal para quitar estas banderas en todos los lugares donde estuvieran», han confirmado fuentes del Palacio Presidencial.
La ausencia de la bandera europea ha sido muy evidente durante la reunión del Consejo de Gabinete del pasado 27 de agosto, cuando detrás de los políticos que participaron sólo había banderas polacas. Sin embargo, «durante las declaraciones del presidente la semana pasada había tres banderas: la bandera de Polonia, la OTAN y la UE», ha respondido Rafal Leskiewicz, el portavoz del jefe de Estado.
La eliminación de la bandera europea de la máxima representación del Estado polaco es una concesión de Nawrocki al partido ultranacionalista Ley y Justicia (PIS), al que no pertenece pero que respaldó su ascenso hasta la Presidencia. El PiS está anunciando una «intensa ofensiva de derecha de otoño» para los próximos meses, que ha comenzado con la menor presencia de la bandera europea y que tendrá uno de sus principales hitos el 11 de octubre, día en que el partido ha convocado una gran manifestación en Varsovia «contra la inmigración ilegal, contra el pacto migratorio europeo, contra todas estas acciones que van a traer desgracias a Polonia», según ha anunciado el presidente de la formación política, Jaroslaw Kaczynski.
También en octubre espera que se presente a votación parlamentaria en el Parlamento polaco (Sejm) un proyecto de resolución sobre la organización de un referéndum sobre la inmigración. A finales de octubre, además, se celebrará en Katowice una convención programática del partido Ley y Justicia cuyo objetivo es preparar el partido para lograr el 40% en las próximas elecciones. «Es, por supuesto, realista y sabe que será difícil, pero de esta manera se moviliza a la estructura y se ponen los medios. En la recolección de firmas, el tema de la migración moviliza a la gente y, al mismo tiempo, es de alguna manera competitivo con Confederación», describen la estrategia fuentes del PiS.
«Nos oponemos a la migración ilegal. Creemos que la migración ilegal significa una amenaza para la seguridad personal y económica y en cada una de las oficinas de diputados y senadores de Ley y Justicia es posible presentar firmas para el referéndum. Debemos recoger más de 500.000 firmas», explica el diputado Mariusz Blaszczak. El partido quiere que la pregunta sea la siguiente: «¿Está a favor de rechazar la admisión forzada de inmigrantes ilegales, lo que resulta en el riesgo de una disminución de la seguridad personal y económica?»
El pistoletazo de salida de la «ofensiva de derecha de otoño» tiene lugar este miércoles en Washington, donde Karol Nawrocki visita a Donald Trump y donde escenificará el apoyo de la Administración de Estados Unidos a este giro de Polonia hacia el nacionalismo y contra la inmigración. El ministro de Relaciones Exteriores, Radoslaw Sikorski, ha adelantado tras las conversaciones preparatorias de la visita con el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, que Polonia está pidiendo a Washington que apoye su candidatura para unirse al G20: «Tenemos derecho a esto no sólo como una de las 20 economías más grandes del mundo, sino también como (…) una nación que ha pasado con éxito de una economía planificada a una basada en el mercado». Polonia se ha unido al «exclusivo club de países de PIB nominal de un billón de dólares y ese es el argumento que Nawrocki expondrá ante Donald Trump.