Publicado: marzo 6, 2025, 6:14 am
En una sociedad hiperestimulada, con los dispositivos electrónicos en el centro de la diana y las redes sociales como presunto lugar de encuentro con ‘los amigos’, nace una nueva tendencia que ha llegado a España y que consiste en buscar de forma consciente un cierto grado de soledad, pero dentro del sistema. Es decir, los psicólogos insisten en las bondades para la salud mental de un cierto grado de soledad buscada, pero en un contexto social.
Esto se traduce en que una cosa es buscar momentos para estar solo, al tiempo que nos movemos en sociedad, y otra muy diferente aislarnos del mundanal ruido alejándonos de entornos en los que haya otras personas. En este último caso, más intenso, los efectos pueden ser negativos porque nos desconectan de otros seres humanos, algo que va contra nuestra propia naturaleza de seres sociales.
¿Hasta qué punto es buena la soledad?
Aprender a encontrar los límites no es sencillo en este caso. Las redes sociales, los móviles, las prisas, la inmediatez, las presiones sociales… a menudo nos desconectan de nosotros mismos, y nos hacen vivir un espejismo al creer que los likes se pueden convertir en amigos. No es así. Los expertos insisten en la necesidad de que cada quien encuentre el equilibrio entre estar con mucha gente, de forma virtual o no, y saber estar con uno mismo.
Así pues, aprender a aceptarnos, a conocernos, y a separarnos del grupo para mirar con distancia el mundo en el que nos movemos, reflexionar, es cada vez más necesario. El ‘ruido’ nos aleja de nuestra propia realidad, pero eso no significa que debamos aislarnos. Por lo tanto, los expertos recomiendan esa soledad buscada de manera intermitente, pero en ningún caso el aislamiento.
Todos los estudios al respecto incluyen entre los hábitos beneficiosos para la salud física y mental, tanto llevar una dieta saludable, variada y equilibrada, como practicar ejercicio de forma habitual. Además, ahora se incluye como recomendación insoslayable las relaciones sociales sanas, como tercera pata para mantener la salud. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE.UU., los vínculos sociales fuertes están relacionados con mayor esperanza de vida, reduciendo el riesgo de muchas enfermedades graves.
La soledad, beneficiosa para la salud cuando no es ‘intensa’
Un estudio científico firmado por el profesor de la Universidad Estatal de Oregón, Morgan Quinn Ross (en Estados Unidos) ha identificado que la carencia voluntaria de compañía en nuestro modelos social puede encontrar un obstáculo en la tecnología. Por eso, el experto considera necesario que las personas aprendan a equilibrar la interacción social, sin miedo a alternarlos con momentos de soledad consciente y relativamente poco intensa.
La intensidad de la que habla el estudio hace referencia a la necesidad de estar con nosotros mismos, sí, pero sin perder el contacto social, dentro de ese contexto. Por ejemplo, no es lo mismo para recargar las pilas de nuestra energía vital elegir ir al cine solos (pero rodeados de gente) o dar un paseo en un lugar en el que hay otras personas, con irnos a la montaña de manera asidua y aislarnos.
Otro de los investigadores, Scott Campbell, de la Universidad Estatal de Ohio, pone sobre la mesa el hecho de que los adultos de Estado Unidos suelen buscar precisamente actividades que les hagan sentirse menos solos, aunque sea a través de conectarse a los medios de comunicación para saber lo que sucede en ‘su mundo’.
Cuál es la relación entre la recarga de energía y los vínculos sociales
En la investigación se pone de manifiesto que interactuar con otras personas fortalece los vínculos interpersonales, aunque por otro lado agota de manera significativa nuestra energía disponible. Los investigadores construyen lo que denominan una matriz de soledad, que incorpora un nivel básico, en el que no existe ninguna interacción con otras personas, y un nivel total, en el que tampoco permanecemos conectados ni siquiera a través de los medios de comunicación. Ese es el aislamiento, más peligroso para nuestra salud física y mental.
Entre las conclusiones, una fundamental: la interacción social crea relaciones con los demás a costa de la energía social de cada individuo, mientras que la soledad buscada restaura la energía social, aunque se sacrifique en cierta manera la relación con los otros. La energía social de la que hablan los expertos es la que actúa como una batería que puede cargarse o agotarse, según nuestro comportamiento social.
Así pues, el estudio establece que la soledad no es la otra cara de la interacción social: mientras que la interacción más intensa se traduce en conexión pero agota nuestra energía, la soledad más intensa, cerca del aislamiento, suma ambos factores. En definitiva, parece demostrado que intentar buscar la soledad cuando esté justificada para recargar nuestra energía podría ser beneficioso.