Publicado: marzo 21, 2025, 6:23 pm
Se dice normalmente que hay dos tipos de personas: los que se acuestan temprano y madrugan sin dificultad y los que, al contrario, suelen permanecer despiertos hasta altas horas de la noche y les cuesta salir de la cama al día siguiente.
Pero más allá de las horas a las que estemos despiertos, existen consecuencias en nuestra salud respecto a estos hábitos. Es lo que concluye un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Surrey (Reino Unido) y publicado en la revista PLOS One.
El estudio sostiene que las personas que se quedan despiertas hasta más tarde tienen mayor riesgo de sufrir depresión, en comparación con las personas madrugadoras. Uno de los factores es que este tipo de personas consumen más alcohol, un factor de riesgo conocido para el desarrollo de enfermedades mentales.
Según los investigadores, las intervenciones para cambiar este patrón de sueño podrían reducir potencialmente los síntomas de depresión, que padece aproximadamente uno de cada seis adultos.
Los investigadores preguntaron a 546 estudiantes universitarios sobre sus patrones de sueño. Clasificaron a los participantes como de tipo matutino (madrugadores), de tipo vespertino (noctámbulos) o intermedio.
Los noctámbulos obtuvieron, de media, dos puntos más en un cuestionario médico sobre depresión que los madrugadores. También se preguntó a los participantes sobre su conciencia de sus pensamientos y sentimientos, su tendencia a sobrepensar y el consumo de alcohol.
El análisis de los resultados reveló que los noctámbulos tendían a beber más alcohol, a tener peor calidad de sueño y a tener sobrepensamientos con mayor frecuencia.
Los investigadores destacaron que quienes se quedan despiertos hasta tarde tienen más tiempo para reflexionar y preocuparse por sus vidas, en comparación con los que se acuestan temprano, y este hábito podría aumentar su riesgo de depresión.
Los investigadores también descubrieron que las personas que se acuestan temprano tienen más probabilidades de tener una mayor conciencia de sus emociones y pensamientos, lo que podría actuar como una forma de protección contra el bajo estado de ánimo.
Los noctámbulos registraron una puntuación media de calidad de sueño de ocho, donde las puntuaciones más altas indicaban un peor sueño, en comparación con una media de cinco entre los que se acostaban más temprano.
«Dado que muchos adultos jóvenes padecen mala salud mental, los hallazgos de este estudio son particularmente importantes. Muchos adultos jóvenes tienden a acostarse tarde y los resultados indican cómo se podrían implementar intervenciones para reducir el riesgo de depresión», dicen los autores del estudio.
Los participantes fueron agrupados en seis categorías según las unidades de alcohol que declararon beber de media por semana, siendo uno la menor cantidad y seis la mayor cantidad. Los noctámbulos obtuvieron un dos en esta escala, mientras que los madrugadores solo obtuvieron un uno.
El estudio es observacional, es decir, que aunque los investigadores encontraron un vínculo entre factores como dormir peor, consumir alcohol y el riesgo de depresión en los noctámbulos, no prueba directamente que estos fueran la causa y no algún otro aspecto de sus vidas.