Publicado: mayo 3, 2025, 6:26 pm
A finales de marzo en Murcia, el Illes Balears Palma Futsal tuvo la última gran oportunidad de estrenar su palmarés nacional con la Copa de España. Sin embargo un sorprendente Peñíscola lo evitó ganando la final (4-3) y prolongando la peculiar circunstancia de los baleares, que pese a ser los actuales bicampeones de Europa de fútbol sala aún no saben lo que es subir al primer cajón del podio en una gran competición española. El caso del equipo dirigido por Antonio Vadillo es bien curioso, pues mientras en España no es capaz de dar el último paso para tocar metal, cuando viaja por Europa se convierte en un equipo implacable , durísimo en defensa y sumamente efectivo en ataque. Frente a sus cuatro finales nacionales perdidas, una en la Copa del Rey (2015-16), otra de Liga (2021-22), otra de Supercopa de España (2022) y la citada de este año en la Copa de España, en la competición continental Palma no da opción alguna de que los pequeños detalles, que al más alto nivel resultan decisivos, caigan en su contra. Lo volvió a demostrar este viernes en la semifinal ante el Sporting de Portugal , un equipo regado con los millones del fútbol y una de las plantillas más potentes del continente. Nada pudieron hacer los portugueses sobre el parqué ante el brillante ejercicio de concentración y acierto del equipo español, que selló su billete a la final con un contundente 3-0. El gran mérito del Palma Futsal es saber adaptarse a la perfección a una forma de jugar que en las competiciones UEFAo FIFA no tiene nada que ver con la que se ve en los pabellones españoles. Puede dar fe de ello el Jimbee Cartagena, campeón de la liga española , que tras caer eliminado el viernes ante el Kairat Almaty kazajo (3-2) denunció la excesiva permisividad arbitral con el contacto físico. «Parece taekwondo. Ves a los jugadores sin camiseta con mordiscos y arañazos. Ese contacto total no es propio de este deporte», criticó su presidente, el empresario cartagenero Jiménez Bosque. Sin embargo, en esa primacía de lo físico sobre el talento no se siente nada incómodo Palma , al contrario, y no precisamente porque no tenga jugones en sus filas. Por eso extraña tanto que luego en España no sea capaz de replicar lo que hace en Europa. La del domingo (20.00h) en la ciudad francesa de Le Mans será su tercera final seguida de Champions, y pese a jugar contra un histórico también con dos títulos como Kairat Almaty , Palma es favorito. Si su primera Champions pudo achacarse a que la Final Four se jugó en su casa, la segunda, en Armenia y con goleada incluída al Barça, refrendó su potencial. La final de hoy lo coloca ya entre los grandes clubes del continente, y si la gana ya sólo tendrá por delante en el palmarés al Movistar Inter, con seis títulos, y al Barcelona, con cuatro.