Publicado: abril 15, 2025, 2:14 pm

No son tiempos fáciles para el orden económico internacional. La guerra arancelaria, que comenzó semanas atrás con el anuncio del presidente estadounidense Donald Trump, continúa impactando en los mercados bursátiles de todo el mundo y tiene como indudables protagonistas a Estados Unidos y a … China. Dentro de la contienda impositiva que mantiene en vilo al resto de los países, Argentina se ubica en una difícil posición debido a su dependencia económica de ambos. De EE.UU. requiere el beneplácito para avanzar con el FMI, a la vez que acaba de renovar su deuda con el gigante asiático.
La reciente visita del secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, a Buenos Aires –donde este lunes ha mantenido una reunión con el presidente Javier Milei en la Casa Rosada– ha evidenciado el interés en hacer negocios con el país del tango. «El secretario Bessent reafirmó el pleno apoyo de EE.UU. a las audaces reformas económicas del presidente Milei y lo elogió por la pronta acción de su gobierno para reducir las barreras al comercio recíproco», expresó el departamento del Tesoro a través de un comunicado.
Aunque la prensa argentina le ha dado una segunda lectura: su viaje es también un indicio de la preocupación del Gobierno de Trump por la influencia china en la región latinoamericana. «Lo que intentamos evitar es lo que ha ocurrido en el continente africano, donde China ha firmado varios acuerdos rapaces que se presentan como ayuda, donde se han apropiado de derechos mineros y han añadido enormes cantidades de deuda a los balances de estos países», afirmó Bessent en declaraciones a Bloomberg.
El vínculo Milei-Trump
La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, en enero de este año, fue celebrada con creces en Argentina, donde el Gobierno del presidente Milei vio en el retorno del exmandatario al poder una oportunidad de obtener algún tipo de beneficio económico, o bien en términos de relaciones bilaterales.
Apenas conocida la noticia en el país austral, y tras la correspondiente felicitación a través de redes sociales, la Casa Rosada hizo circular la versión de la inminente concreción de un acuerdo de libre comercio entre ambos países, e incluso se hizo referencia a una posible salida del MERCOSUR en caso de que no se le permitiera a Argentina acceder a dicho pacto.
Sin embargo, apenas tres meses después, todavía no hay noticias concretas de un acuerdo de este tipo entre ambas naciones y, además, la ‘amistad’ entre ambos líderes no pareció resultar suficiente para frenar el arancel del 10% que el Gobierno de Trump decidió a aplicar a Argentina, que es el mismo que se le cobrará al Brasil de Lula da Silva o a la Colombia de Gustavo Petro.
Si bien la buena sintonía entre Milei y Trump existe, en el último viaje del jefe de Estado andino a Estados Unidos, los argentinos quedaron a la espera de un encuentro entre ambos que jamás existió. Al regreso de Milei al país, la Casa Rosada argumentó que la reunión no se hizo debido a «problemas técnicos».
Oscilaciones con China
En paralelo a la simpatía por el actual Gobierno de Estados Unidos, Argentina acaba de renovar el ‘swap’ con China, lo cual la coloca en una posición de nuevo endeudamiento. Apenas días atrás se dio a conocer que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) renovó por un periodo de un año el ‘swap’ con el Banco Popular de China (PBOC) por una cifra total de 35.000 mil millones de yuanes (5.000 millones de dólares).
Frente a este escenario, el Gobierno de Milei se ubica en una posición difícil, dada la necesidad de sostener la proximidad con su aliado norteamericano, pero sin despegarse completamente del gigante asiático, uno de sus principales socios comerciales.
En este sentido, cabe el interrogante acerca de la postergada visita del presidente argentino a China, donde debía hacerse presente a inicios de este año para mantener un encuentro con su par Xi Jinping, pero finalmente el viaje fue postergado. La cercanía comercial entre ambos países despierta el recelo de la Casa Blanca.
Cabe recordar que, antes de asumir la presidencia, Milei se había comprometido a no hacer negocios con el gigante asiático alegando una cuestión de principios. «Nosotros no hacemos pacto con comunistas. Yo no promovería la relación con comunistas. Ni con Cuba, ni con Venezuela, ni con Corea del Norte, ni con Nicaragua, ni con China», había dicho hace apenas un año y medio. Sin embargo, dada la dependencia de su país del financiamiento chino, el jefe de Estado se vio obligado a moderar su discurso.
La situación actual es delicada y, en un escenario de agudización de la guerra comercial entre ambos países, el Gobierno argentino debe actuar con gran delicadeza si no quiere perder la confianza de sus dos socios cada vez más enemistados.