Publicado: marzo 23, 2025, 3:01 am

Parece que se abre un nuevo escenario en la lucha entre el M-23, grupo rebelde liderado por tutsis y promovido por Ruanda, y el Ejército de la República Democrática del Congo. Según publica ‘The Wall Street Journal’, el Ejecutivo congoleño habría ofrecido al … presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el acceso a minerales clave como el coltán —con el que se fabrican las baterías de coches eléctricos, los teléfonos móviles o las ‘tablets’—, a cambio de ayuda militar para combatir a la guerrilla del M-23.
Trump podría tener así acceso a diversos minerales estratégicos como el cobalto, cobre, litio, y tantalio, fundamentales para los grandes fabricantes tecnológicos norteamericanos.
Según el citado medio de comunicación, en una carta dirigida a Trump el mes pasado, Félix Tshisekedi, presidente de la RDC, le ofrece oportunidades mineras para el «fondo soberano» que ordenó crear el Gobierno republicano días antes. En este mensaje, Tshisekedi hace hincapié en que esta posible alianza con la RDC proporcionaría al país «una ventaja estratégica» al asegurar minerales clave.
Esta estrategia por parte de la RDC coincide con la reciente declaración de Trump en la que afirma que «muy pronto» firmará un acuerdo con Ucrania sobre sus minerales, especialmente tierras raras, dentro de su negociación de paz con Putin para detener la guerra.
Escepticismo
Algunos analistas, como Julián Gómez-Cambronero (autor del libro ‘¿A quién le importa el Congo?’), ven con escepticismo este posible acuerdo con Estados Unidos. «La RDC tiene un gigantesco contrato con China, el llamado ‘contrato del siglo’, que no puede romper», explica a ABC. Tampoco hay que olvidar que, hasta la fecha, EE.UU. ha sido uno de los países que ha dado apoyo, financiación y cobertura a Ruanda.
Para el periodista congoleño Plotin Yambenga, «la alianza propuesta por Félix Tshisekedi con Estados Unidos es positiva, ya que pondría fin al activismo de los grupos armados en el este del país. Sin embargo, el pueblo congoleño corre el riesgo de no beneficiarse del hipotético acuerdo debido a la mala gestión que caracteriza al régimen político actual. Los políticos que tenemos en la RDC solo piensan en sus intereses personales. No creo que estén en condiciones de invertir el dinero de esta alianza en proyectos de interés común. Por otro lado, los estadounidenses explotarían nuestras minas, pero a cambio no dejarían ninguna contrapartida en el campo de las infraestructuras, a diferencia de los chinos y los indios».
La RDC es un país rico en recursos naturales, como coltán, oro, diamantes y cobalto. La explotación de estos minerales es un importante motor de los prolongados conflictos entre el M-23 y el ejército congoleño. Algunos grupos armados —de los más de cien que están activos en el este del Congo— se financian mediante el control de estos recursos.
La noticia se ha conocido la misma semana en que los presidentes de Ruanda, Paul Kagame, y de RDC, Tshisekedi, se han reunido en Qatar para analizar el conflicto y buscar posibles vías de pacificación. Esta negociación se produce después de que el M-23 haya invadido semanas atrás dos ciudades estratégicas por su riqueza mineral: Goma y Bukavu, capitales de las provincias de Kivu del Norte y Kivu del Sur, respectivamente. Mientras tanto, este grupo militar prosigue su avance para intentar anexionarse nuevos territorios.
Ambos países se reunieron para pactar un alto al fuego de una ofensiva que ha sumido al este de la RDC en su peor conflicto en décadas. Según el gobierno congoleño, se calcula que en estos casi tres meses ya han muerto más de 8.500 personas, muchos de ellos civiles. Y se ha producido el desplazamiento de unos 400.000 congoleños hacia países fronterizos como Burundi o Tanzania.
Conversaciones
Según Reuters, en un comunicado conjunto emitido con Qatar, que medió entre las dos partes, precisaron que «debe ser inmediato e incondicional». Tshisekedi y Kagame coincidieron en «la necesidad de continuar las conversaciones iniciadas en Doha para sentar una base sólida en el camino de una paz duradera», según la declaración conjunta.
El pasado lunes, jefes del M-23 decidieron unilateralmente no acudir a una reunión con el gobierno congoleño en Luanda (capital de Angola), por las sanciones que la Unión Europea había impuesto contra el grupo rebelde y funcionarios ruandeses.
El conflicto entre Ruanda y RDC lleva más de 30 años enquistado y ha dejado por el camino un reguero de más de seis millones de muertos. El Congo acusa a Ruanda de enviar armas y tropas para apoyar a los rebeldes del M-23, mientras que Ruanda dice que sus fuerzas actúan en defensa propia contra el ejército congoleño y las milicias anti-Kigali.
Parece que solo la mediación de alguna potencia internacional podría poner fin a un conflicto. Un proceso de paz que tiene difícil solución mientras el M-23 y Ruanda no abandonen su afán expansionista dentro de la RDC.